El gobierno acaba de modificar
sus previsiones para la economía española hasta el año 2017. En ellas se afirma
que la economía española va a crecer con cierta fuerza a partir del año 2016
gracias a que los españoles vamos a consumir más, las empresas van a invertir y
las exportaciones van a seguir subiendo con fuerza. Es lo bueno de hacer
previsiones: no hace falta acertar; es más, es conveniente fallar siempre.
Porque para crecer, la economía
española necesita solucionar dos problemas muy graves que tiene: el
endeudamiento de las empresas y familias y el alto nivel de desempleo.
Con el nivel de endeudamiento de
las familias (ese famoso “haber vivido por encima de nuestras posibilidades”
que dijo nuestro presidente) es complicado que se incremente el consumo. 771.654
millones de euros (un 75% del PIB)
tenemos que pagar los ciudadanos (a lo que habría que sumar el otro billón
que debe el estado). Eso significa que
cada español, en un cálculo rápido, debe 16.775 euros. No es mucho, pero si le
sumamos los 20.000 euros que debemos por parte del estado llegaremos a los 36.000 euros que debemos cada español. Algo
así como el doble del salario medio de los españoles. A esto hay que añadirle
que las empresas deben la cantidad de 630.620 millones de euros. En global, la
deuda de empresas y ciudadanos supera el 137% del PIB de la economía española.
Y ambas magnitudes se están
reduciendo. La deuda de los ciudadanos ha caído en un año un 4,3% la
hipotecaria y un 1,5% la dedicada al consumo. No está mal. Pero esas reducciones
se han conseguido en un contexto de bajada de los salarios y alto nivel de
desempleo. Obviamente solo puede ocurrir que descienda también el ahorro. Otra
tragedia más de las que estamos viviendo en nuestra economía.
La de las empresas bajó un 9,5%
con respecto al año 2013. Un esfuerzo considerable en un contexto de ventas
congeladas y un PIB en retroceso.
Con estos datos la pregunta es
evidente: ¿cómo vamos a incrementar el consumo? Es materialmente imposible que
aquellos que aún conservan el empleo puedan incrementar el consumo puesto que
los salarios a la baja o congelados y las deudas que nos acechan, amen del incremento
impositivo que nos ha sometido el gobierno junto con la troika, hacen imposible
plantearse algo más que la subsistencia. Sumemos los incrementos desmesurados
de los precios de los servicios regulados y tendremos el cocktail perfecto: el
consumo no puede subir.
El gobierno afirma que también va
a subir la inversión. ¿Cómo van a invertir las empresas si no tienen financiación?
¿Van a comprar la maquinaria necesaria sin el apoyo de las entidades
financieras? No parece posible. Cuando intenten acceder a créditos para
financiar las inversiones lo normal es que les digan que tienen que bajar
primero su endeudamiento y que se produzcan las refinanciaciones. Pero crecer
la inversión, difícil.
En consecuencia, la parte de la
demanda interna que afirma el ministro de Guindos que va a subir parece
complicado que se produzca. Porque tenemos el segundo gran problema de la
economía española: el desempleo. No es posible crecer de forma significativa (más
allá del mero estancamiento en niveles muy bajos) si no reducimos de forma dramática
el desempleo. Un 26% de desempleo es suficiente causa para que el PIB de la
economía española esté en el suelo durante un periodo largo de tiempo sin poder
reaccionar. Y eso lo sabe seguro el ministro de Guindos.
Además, la economía española está
ajustando su población de una forma que, desde mi punto de vista, es dramática.
La EPA dada a conocer el otro día era especialmente mala con la bajada de la
población activa que se está poniendo de manifiesto en la sociedad española. Porque
no hay sólo inmigrantes que regresen a su país después de haber estado en
España trabajando y encontrarse ahora en el desempleo y con escasas esperanzas
de salir de él; es que los jóvenes
españoles están emigrando a otros países de la Europa central aportando sus
conocimientos. Conocimientos en los que hemos invertido toda la sociedad con la
esperanza de recuperarlos en el futuro cuando los aportaran para mejorar el
nivel de vida de los españoles. Y ese incremento de la renta no se va a
obtener, por lo que habremos invertido dinero en nada. Una desgracia. Y emigran
los mejor preparados, aquellos en los que hemos invertido más cantidad de
dinero.
Y todo esto es posible por la
nefasta política económica puesta en marcha desde el año 2010 en la economía
española por obra y gracia de Merkel y sus secuaces. Es impensable que alguien
con un mínimo conocimiento de economía pueda pensar que las medidas puestas en
marcha por los gobiernos desde el año 2010 vaya a terminar dando sus frutos. Con
una política de ajuste fiscal tan brutal, la devaluación de los salarios
bestial que nos han impuesto y la inacción efectiva del BCE, la economía no
puede expandirse. Es materialmente imposible. Y lo malo es que los responsables
lo saben.
En definitiva, con el nivel de
endeudamiento de las empresas y familias y el nivel de desempleo de la economía
española, parece muy difícil que se cumpla el cuadro macro presentado por el gobierno
el miércoles pasado. A no ser que, eso sí, responda a una necesidad coyuntural
de los próximos 18 meses. En ese caso es hasta moderado. Estoy pensando en
montar un partido político y presentarme a las elecciones, de forma que el
movimiento perplejo se vea reflejado en el parlamento. Es una opción.
@juanignaciodeju