sábado, 31 de marzo de 2012

UN PRIMER ANALISIS DE LOS PRESUPUESTOS

Ya se han aprobado los presupuestos por el gobierno. Cuando nos anticiparon el cuadro macroeconómico ya nos temíamos algo de lo que finalmente ha ocurrido. Se presentaba un ajuste de tal magnitud que había muy pocas opciones alternativas centrando todo el impacto en una sola dirección: reducción de gastos. También se han aprobado las subidas de la luz y el gas trimestrales, que alumbran más la política que se va a llevar a cabo en este país.


Los presupuestos son la plasmación de la política del gobierno en cifras y programas concretos. Como se dice habitualmente, los presupuestos son “política hecha cifras” y donde los ciudadanos comprobamos en qué se va a gastar nuestro dinero y, en consecuencia, las prioridades del gobierno. A falta del elemento fundamental de las modificaciones normativas que, necesariamente, deben acompañar las cuentas frías, voy a analizar las cifras presentadas ya que ni siquiera conocemos la norma como tal.

Se presenta un ajuste de 27.500 millones de euros, al que habrá que añadir los 15.000 millones que deben ajustar las comunidades autónomas una vez conocidas las cifras del gobierno. En total, según los cálculos (erróneos) del gobierno, tenemos que ajustar 42,500 millones para reducir el déficit desde el 8,51% hasta el 5,3% que Ángela Merkel ha aceptado, y todo ello con una reducción de la actividad del 1,7%. Un cálculo sencillo, y sin ningún ajuste adicional, que los habrá, nos indica que el ajuste será mayor, dado que 3,2% de reducción de déficit más 1,7% de caída de la economía implican unos 54.000 millones. Luego nos quedarán otros 12.000 millones. Porque todos los que han hecho presupuestos alguna vez saben que la única certeza que tiene son los gastos y lo que tiene que prever son los ingresos. En las cifras presentadas ayer, se dice que la mitad del ajuste se conseguirá por los ingresos, lo cual, en las circunstancias actuales, es más bien una quimera, que tendremos una desviación mayor de la apuntada. Ya lo escribí: el problema no está en los gastos, sino en los ingresos tributarios que son cada vez menores. Y las cifras de enero y febrero son muy indicativas.

Entre los ingresos se incluye una regularización fiscal. Se permite a los ciudadanos y empresas que no han pagado sus impuestos ponerse al día con hacienda pagando sólo un 10%, con lo que se habrán ahorrado un porcentaje muy elevado de cuota tributaria. También se dice que las rentas que las multinacionales tienen en el extranjero, en sus empresas filiales, las traigan pagando sólo un 8%. Parece poco razonable lo planteado. Se ha establecido una amnistía fiscal que es profundamente injusta y descaradamente sesgada. Es injusta por el mensaje que se transmite, dado que la mayoría de los ciudadanos no tendremos rentas ocultas, y es sesgada porque apunta a las grandes empresas multinacionales que tienen su dinero en empresas filiales y los paraísos fiscales. Además puede ocurrir que los asesores fiscales aprovechen el trámite hasta la aprobación definitiva de la medida para ocultar rentas ahora y ahorrarse un 25% de impuestos. Calculan ingresar unos 2.500 millones con la regularización planteada. Según los cálculos realizados por diversos medios la economía sumergida en España es de aproximadamente un 20%, es decir, unos 220.000 millones al año. Con la presión fiscal actual, eso significa que estaríamos perdonando 59,400 millones de euros de recaudación.

Con respecto a los gastos, las cifras rezuman la ideología predominante en Europa, la liberal. Haciendo un somero análisis de las grandes cifras, a falta de los detalles donde se encuentran los demonios del ajuste, se abandona la idea de ayudar a la contratación de los parados de larga duración (se les considera ya una batalla perdida), se liquida la ley de dependencia, se elimina la cooperación y, sorpresa, se deja de subvencionar los traslados desde las islas a la península en avión. Además se reducen fuertemente los gastos en Educación y Sanidad, aunque el efecto real se verá en las comunidades autónomas, que son las que realmente tienen el gasto.

Pero los presupuestos estaban acompañados de dos sorpresas más. Una, la variación de los precios de la luz y el gas; la otra, la agenda reformista del gobierno declarada en los presupuestos. Entre las diapositivas se publicitan las reformas estructurales del gobierno y se explicitan: la reforma financiera, la reforma laboral, la ley de estabilidad y, la sorpresa, la reforma de la Administración. El lunes en clase, ante mis alumnos, enumeré las reformas más urgentes que hacían falta en la economía española para proporcionar el crecimiento futuro. Desde mi punto de vista hacen falta reformas en las siguientes áreas: electricidad, gasolinas, gas, distribución, transportes, educación, etc. Nada de esto se dijo ayer en la presentación de los presupuestos, porque se cree que son mercados eficientes y liberalizados. Pero no es cierto, son mercados fuertemente oligopolísticos y que hay que liberalizar de forma urgente. Pero nadie quiere meterse a ello, ya que son empresas importantes que hacen lobby y, lógicamente, mantienen sus privilegios.

Con la modificación de los precios de la luz y el gas se cierra el círculo. La subida es del 7% para los consumidores y sólo del 0,91% a las grandes empresas. Pura ideología neoliberal: le cobramos a los ciudadanos para compensar a las grandes empresas. Los ciudadanos hacemos sólo lobby cada cuatro años y, en este momento, les quedan más de tres y medio para consultarnos. Es lógico que no nos tengan en cuenta, la memoria en la actualidad tiene un recorrido muy corto y dentro de poco, cuando las cosas vayan mejor, nos adularán un poco y nos lo creeremos.

En fin, que, aparentemente y a falta de los detalles, los presupuestos son expresión de un gobierno que apunta a los ciudadanos como el problema y a las empresas grandes como solución del mismo. A los contribuyentes individuales como los culpables de la situación y a los grandes defraudadores como elementos para la solución, a las empresas grandes como elementos dinamizadores y a la sociedad en su conjunto como lastre de las cuentas públicas. Eso nos pasa por tener derechos. Si no los tuviéramos no habría déficit público ni parados, que son un problema en la gestión de las cuentas públicas y los mercados los consideran grasa que hay que eliminar. Lo dicho, pura ideología.

 
@juanignaciodeju

martes, 20 de marzo de 2012

SON LOS INGRESOS

Hoy voy a hacer un análisis falso y demagógico de los impuestos. Repito, es falso y demagógico, pero me sirve para ilustrar los que está pasando en la economía y que todos aquellos a los que leo de vez en cuando dicen.


En la siguiente tabla se incluyen los datos de PIB nominal (fuente: Banco de España) y de recaudación de impuestos homogéneos (fuente: AEAT) para el periodo 2006 – 2011 de la economía española, es decir, dos años de expansión (2006 y 2007), dos años de crisis financiera mundial (2008 y 2009) y dos años de crisis de deuda europea (2010 y 2011)
   AÑO               PIB             IMPUESTOS          IMPUESTOS
                     NOMINAL       DIRECTOS           INDIRECTOS
  2006            985.547,00         100.018,00               79.097,00
  2007         1.053.161,00         117.629,00               83.861,00
  2008         1.087.749,00           98.945,00               75.186,00
  2009         1.047.831,00           84.446,00               59.298,00
  2010         1.051.342,00           83.690,00               76.121,00
  2011         1.073.383,00           85.394,00               75.759,00



En los años de la expansión, los ingresos fiscales, tanto por recaudación de impuestos directos como por impuestos indirectos, se incrementa. De hecho, son años de superavit público del cual presumía Solbes (23.349 millones en 2006 y 20.255 millones en 2007). Y en esos años, el porcentaje de ingresos / PIB nominal debido a los impuestos directos es del 10,1% en el año 2006 y 11,7% en el año 2007, mientras que los mismo porcentajes para los impuesto indirectos es 8,03 en 2006 y 7,96 en 2007. Es decir, los años de crecimiento de la economía se caracterizan por un peso creciente de los ingresos por impuestos directos y un menor peso de los indirectos, evidente conclusión que se obtiene por el incremento de la actividad.

Los dos años de lo que podemos llamar crisis financiera internacional, 2008 y 2009, se caracterizan por su impacto en el PIB nominal, con caída en el año 2009 de casi un 4%, es decir, destrucción de valor en la economía española. En esos años, el peso de los impuestos directos sobre el PIB nominal pasa a ser 9,1 y 8,06% y el de los indirectos, 6,91 y 5,66%, con un importante descenso en la recaudación en cada caso: la recaudación por impuestos directos cae en el año 2008 un 15,88% y un 14,65% en el año 2009; y la de los impuestos indirectos, un 10,34% y un 21,13%. Como se puede comprobar, el gran descenso en la recaudación por impuestos indirectos (básicamente, IVA e Impuestos Especiales) nos indica el gran impacto que tuvo sobre la demanda interna esa crisis con una evolución del desempleo en el año 2009 para temblar: se produce un incremento de 1.559 miles de personas (se pasa de 2.591.000 personas en desempleo en 2008 a 4.150.000 en 2009) y eso tiene un fuerte impacto en el consumo, que desciende de forma abrupta. Obviamente, hay decisiones de política fiscal en medio, como los famosos 400 euros que impactarían sobre los impuestos directos y las medidas de apoyo al sector del automóvil, que afectarían a los indirectos.

Los años 2010 y 2011 los podemos llamar de la ‘crisis de deuda europea’, donde se producen incrementos en el PIB nominal muy moderados (0,34% y 2,10% respectivamente) y donde se adoptan, entre otras, medidas fiscales tales como la eliminación de las deducciones del IRPF (los 400 euros y los 2.500 por nacimiento) y el incremento del IVA. Ambas medidas tendrían que tener un impacto similar, ya que con la eliminación de los 400 euros se estimaba un impacto de 6.000 millones y con la subida del IVA del entorno de los 8.000. Sin embargo, la recaudación por impuestos directos cae un 0.9% en el año 2010 y sólo se incrementa un 2.04% en el año 2011, mientras que la recaudación por impuestos indirectos sube un 28,37% en el año 2010 y desciende un 0,48% en el año 2011, centrándose este descenso fundamentalmente en la segunda mitad del año.

Estos son los datos, más o menos filtrados. Ahora voy a hacer el ejercicio de demagogia que he anunciado. Consiste en lo siguiente: vamos a analizar el porcentaje que representan los impuestos sobre el PIB nominal según su tipología.

  AÑO                % FISCAL              % FISCAL
                          DIRECTOS           INDIRECTOS
  2006                    10,15%                      8,03%
  2007                    11,17%                      7,96%
  2008                      9,10%                      6,91%
  2009                      8,06%                      5,66%
  2010                      7,96%                      7,24%
  2011                      7,96%                      7,06%

Como se puede comprobar, el porcentaje de impuestos directos, en el año 2007 (último año de bonanza de la economía española) es del 11,17% sobre el PIB nominal, mientras que el de indirectos es del 7.96%. Hay un peso sustancialmente mayor de los impuestos directos en la recaudación. En comparación, en el año 2011 esos porcentajes son 7,96% y 7,06%. Lo fundamental de este análisis es que nos muestra que se está desplazando imposición directa a indirecta en la recaudación, lo cual implica que el sistema es fundamentalmente injusto en este momento. Y, en los datos del 2011 ya está recogido el efecto de las medidas recaudatorias. Y a esta diferencia hay que sumar el efecto de la desgravación por la compra de vivienda con carácter retroactivo desde el 1 de enero, que en los datos de la liquidación de la AEAT no están recogidos. Eso significará que, por primera vez en estos seis años, la recaudación por impuestos directos será menor que la de impuesto indirectos.

Y aquí viene la demagogia: si aplicásemos los mismos porcentajes de recaudación de impuestos al PIB nominal del ejercicio 2011, la recaudación habría sido de 205.358,86 millones de euros. Esta recaudación habría supuesto un incremento de 44.205 millones de euros sobre la efectivamente realizada (161.153 millones) y, en consecuencia, nuestro déficit público habría sido de 47.139 millones de euros, muy inferior al 8,51% anunciado.

Al margen de las consideraciones que podamos realizar, lo importante es ver el efecto de la crisis, que ha provocado una reducción de la recaudación directa de 3,21 puntos en relación con el PIB nominal si tomamos como referencia el año 2007, mientras que esta diferencia es de sólo 0,9 en el caso de los impuestos indirectos. Y en ambos casos ha habido modificaciones de la normativa aproximadamente del mismo calado.

Además, comparando la evolución de la recaudación en general, ésta ha disminuido un 20% desde el año 2007, mientras que el PIB nominal ha crecido un 1.9%. El problema de España no está en su gasto público, elevado y con duplicidades susceptibles de eliminación, sino en el desplome que han sufrido los ingresos tributarios, que nos colocan en una situación de imposibilidad de cuadrar las cuentas. Y dentro de éste, el traspaso entre impuestos directos e indirectos, que produce un impacto desigual en la sociedad.

Los datos, además, provocan una conclusión aparente: la economía sumergida ha crecido de forma paralela al desempleo. Si no se considera este factor no es posible analizar el desplazamiento de los ingresos ni la relativa fortaleza de los impuestos indirectos. La conclusión es aparente, ya que no está medida, pero es evidente a la luz de las cifras.

Y otra conclusión: sin la evolución negativa de la demanda interna (-1,7% en el año 2011), considerando un evolución nula de este componente, la recaudación tributaria habría crecido 18.247 millones de euros y, en consecuencia, el déficit se habría reducido en casi dos puntos porcentuales. Luego no es un problema de gasto público elevado, es un problema de demanda, esto es, de actividad, y de recaudación, es decir, de eficiencia.

Lo importante de un problema es poder identificarlo y analizarlo correctamente. Las soluciones son sólo un paso más en el proceso de pensamiento. Pero, si no se analiza el problema correctamente, las soluciones que se propongan serán siempre equivocadas. Pues eso.


@juanignaciodeju





martes, 13 de marzo de 2012

TRAMPA DE LA LIQUIDEZ Y POLITICA ECONÓMICA

Al fin este economista perplejo tiene las cosas claras. Parece obvio que en la actualidad nos encontramos en lo que Keynes denominó Trampa de la Liquidez, es decir, una situación según la cual los agentes económicos somos indiferentes entre tener dinero y tener activos, dado que el precio del dinero es tan bajo y el de los activos tan alto, en términos relativos, que no esperamos obtener rentabilidad de los activos y atesoramos el dinero sin obtener la más mínima remuneración.


Al menos eso es lo que demuestra que del millón de euros puesto en circulación por el BCE entre los meses de diciembre y febrero, 870.000 millones se encuentren depositados en el BCE por los Bancos Comerciales, sin remuneración y con un coste del 1% anual. Por lo tanto, estamos en una situación de peligro financiero que hay que solucionar.

El economista inglés dijo que ante la falta de confianza en los activos, que sea el sector público el que incentive la economía creando demanda de forma que la demanda de dinero vuelva a ser una curva con pendiente negativa con respecto al tipo de interés. Pero nosotros hacemos todo lo contrario: restringimos la actuación del sector público para la sacrosanta consolidación fiscal; restringimos la política monetaria para evitar una hipotética inflación a medio plazo y consideramos que de esa manera la confianza volverá a iluminar nuestra existencia.

Vayamos por partes. La crisis actual, tal y como el profesor Niño Becerra describe, es una crisis de deuda, de modelo de crecimiento basado en el endeudamiento masivo y sin control de todos los agentes: gobiernos, empresas, bancos y particulares. Con dinero extremadamente barato, los agentes nos hemos endeudado para satisfacer nuestro crecimiento. Pero, al contrario que el profesor Niño Becerra, opino que la solución no es primero desapalancarse para después crecer, sino más bien crecer para después desapalancarse. En este caso la propiedad conmutativa si es muy importante. Porque si no crecemos, el desapalancamiento será a base de restricciones y mucho más lento que si dedicamos nuestros esfuerzos al crecimiento a corto y medio plazo de la economía. Con crecimiento de nuestra economía, el rendimiento de nuestros activos volverá a crecer, dado que existirá confianza en la revalorización futura y, de esa forma, la devolución de las deudas será mucho más sencilla. El problema es el cómo crecer.

Si no estuviésemos tan endeudados, podríamos pedir dinero para invertir y crecer, de forma que devolviésemos nuestras deudas (las antiguas y las nuevas) sin ningún problema. Pero estamos muy endeudados, sobre todo los bancos y las empresas, con lo que la solución no es fácil. Ya lo dijo el banquero de cabecera del actual gobierno, presidente del BBVA: el problema es que no hay demanda solvente de crédito. La clave está en esa palabra: solvencia. Y no hay demanda solvente porque no hay confianza en la evolución futura de la economía que posibilite la creación de valor por parte de las empresas. Porque si hay crecimiento económico, el peso de la deuda sobre el total de la renta se reduce, con lo que se produce un proceso de desapalancamiento gradual y natural que posibilita el ajuste sin mucho dolor. Pero como no se ve el final en el túnel, no habrá solvencia en los proyectos y los bancos seguirán a lo suyo: mantener el dinero en el BCE.

Además tenemos un problema de competitividad exterior con respecto al 60% de nuestros clientes, es decir, con respecto a la zona euro. Nuestros competidores han moderado los precios mientras nosotros los hemos incrementado de forma constante, por lo que nuestro tipo de cambio real se ha deteriorado. Para mejorarlo debemos hacer que nuestra moneda se deprecie lo que con tipos de cambio fijos (el euro) resulta imposible. Cuando teníamos nuestra moneda, acudíamos a una devaluación competitiva y solucionábamos el problema. Pero ahora es imposible. Para ello, tenemos que conseguir que el cociente de precio relativos nacionales/exteriores se reduzca, es decir, que bajen nuestros precios o que suban los exteriores. De momento, estamos adoptando la primera opción, es decir, la devaluación interna, con las políticas restrictivas que nos han impuesto, pero nadie habla de la segunda, que suban más los precios exteriores.

Por lo tanto, hay que hacer algo que equilibre el sistema y que nos ahorre en parte la devaluación interna que nos quieren imponer. Ahí va mi receta sin ánimo de ser exhaustivo ni excluyente:

1.- Política monetaria expansiva con tipos de interés al 0% en la siguiente reunión del BCE acompañados de un tipo de remuneración de las reservas de los bancos comerciales en el -1,5%, es decir, que si depositan el dinero en el BCE, tengan que pagar una penalización. Obviamente, para cantidades que superen el mínimo obligatorio mensual. Esto provocaría que los bancos comerciales estén en la obligación de poner el dinero en circulación, que la curva de demanda de dinero vuelva a tener pendiente negativa.

2.- Política fiscal expansiva en los países que tengan un saldo de la balanza comercial con el resto de socios superavitaria. Además, que esa política tenga un claro componente inflacionista en esos países de forma que en dos o tres años la inflación suba hasta el entorno del 4%. Conseguiríamos que el cociente de precios se redujera y mejoraríamos la competitividad de nuestra economía con respecto al 60% de nuestro sector exterior.

3.- En los países del sur de Europa, incentivos a la demanda que no impliquen gasto público, como por ejemplo, la moratoria en el pago de las hipotecas durante 1 año. Sería inflacionario, si, pero con la siguiente actuación mejoraríamos y, sin embargo, conseguiríamos un incremento de la renta a corto plazo.

4.- En esos mismos países, reformas estructurales que permitan un crecimiento a medio plazo con precios reducidos. Hace falta una reforma del mercado de trabajo (ya hecha); una reforma del sector financiero creíble (con la desaparición de alguna entidad emblemática, lo siento señor Rato); una reforma del sector de la energía (pendiente y veremos por donde va); una reforma del sistema de distribución de mercancías en España (habrá que ver); una reforma de transporte (primando formas más ágiles de distribuir); una reforma de la educación, fundamentalmente de la formación profesional antes y después de entrar en el mercado de trabajo (pendiente, y nadie habla de ella); una reforma de la Administración Pública (no sólo evitar las duplicidades); una reforma del turismo (tantas veces anunciada que creo que nadie se la cree); una reforma del sistema asegurador, en tanto que está ligado al sector financiero; una reforma agraria, que prime la productividad y no la producción por las primas; etc.

5.- Obviamente, para que nadie piense que soy un heterodoxo de las actuaciones actuales, consolidación fiscal en aquellos países que lo necesiten con una senda de cumplimiento creíble. Lo importante está en el adjetivo, y lo actual (5,3% y 3% en el año 2013) parece que sigue sin ser creíble, ya que el ajuste es de, aproximadamente, 35.000 millones para este año, sin contar desviaciones del crecimiento, que harán que esa cifra sea pequeña, y de 25.000 más para el año que viene. ¿Alguien piensa que eso es creíble sin que empecemos a pagar por todo y a recibir cada vez menos del estado en cualquiera de sus formas?

Una vez aplicada la agenda reformista y con las políticas fiscales y monetarias expansivas puestas en marcha por el norte de Europa, podremos reequilibrar las balanzas comerciales y volver a pensar en una Europa unida. Mientras tanto, mientras el esfuerzo debamos hacerlo sólo unos, las tensiones sobre el euro seguirán y el final será la vuelta a las monedas antiguas con las consecuencias que de ello se derivarán en el futuro, es decir, empobrecimiento masivo de la población y vuelta a los planes de desarrollo de los años 60. Mal asunto.

@juanignaciodeju

PD. La OCDE dice que los indicadores de actividad en España llevan tres meses mejorando, mientras el gobierno opina que hasta el año que viene no veremos luces tenues en el horizonte. ¿Quién tiene razón? Pues no lo sé. De momento X en la quiniela. Pero si tiene razón la OCDE es para matar a alguien con barba o sin ella. Y si tiene razón el gobierno, para cesar a algún responsable del organismo.

sábado, 10 de marzo de 2012

CAPACIDAD

Este economista perplejo, a pesar de ser sábado y muy temprano, hoy se ha levantado optimista. No es que haya ocurrido nada escepcional, pero si que hace sol, la temperatura es más suave, que tiene partido de futbol de sus hijos, no lo sé. Pero el caso es que hoy pienso en positivo.

Será porque he escuchado en la radio que los responsables de ciencia y tecnologia dicen stop a los recortes. Alguien en la administración dice que ya no es posible recortar más. Y estoy especialmente de acuerdo con ella. En primer lugar, porque nos jugamos el futuro, el bienestar de nuestros hijos. La inversión (que no es gasto) en I+D+i es fundamental para una economía como la española, con una estructura productiva muy antigua y sin innovación propia. Y, pese a lo que piensan los más liberales, el apoyo público a la investigación es imprescindible, hay que arriesgar en las premisas con lo que obtendremos un porcentaje no muy grande de éxitos, pero lo obtendremos. Nadie puede pretender que la investigación sea exclusivamnete privada, dado que entonces no se iniciarían caminos más que por el propio empeño personal de los investuagadores. Y eso garantizaría el fracaso. Con nuestros impuestos debemos ayudar a aquellas personas que tienen un atisbo de idea, un proyecto de pensamiento, que, con su esfuerzo y conocimiento, llevará a algún avance, modesto, que generará la bola de nieve necesaria para progresar.

Trabajo en una fundación que se dedica a esto de la investigación. Y puedo afirmar que la dedicación de los investigadores es incondicional, que no buscan su beneficio sino el avance del conocimiento, que sacrifican su tiempo para conseguir algo de lo que tirar para mejorar. Gente que ha sacrificado hasta sus vacaciones con tal de aprender algo de lo que se pueda obtener una mejora. Y eso, además, con sus propios medios. Por eso es importante el apoyo.

Además, como gestor del tema, las penurias económicas en las que nos movemos es especialmente dañina para el proceso. Cuando tienes que parar algo que es prometedor por falta de medios es como paralizar un avión en pleno vuelo. Normalmente se abandona la idea y se acabó el progreso. Por eso es imprescindible que se mantenga el presupuesto, que se apoyen las ideas. Como el proceso es competitivo, no hay trato de favor en las subvenciones y la justificación es muy dura, no puedes gastarte el dinero en lo que quieras. Además, se prima la excelencia en los procesos, que los investigadores tengan una trayectoria consolidada. Habrá desmanes, si, como en los aeropuertos o en las bibliotecas sin libros, pero la mayoría son ajsutados.

Y los avances no son, como se pueda pensar, un camino de rosas. Una vez obtenido un avance, sin fiannciación posterior, tienes que buscar quién está dispuesto a arriesgar en la continuidad. Y, en una situación como la actual, es prácticamente una quimera. Las empresas privadas no están dispuestas a continuar si no hay resultados muy concretos. Y eso es complicado en las primeras fases.

Dentro de la perplejidad habitual en  mi estado de ánimo, hoy espero que alguien más diga la verdad. No se puede recortar más. Si no hay crecimiento, no podremos reducir el déficit público. Ya está. Lo he dicho. Que se olviden de ello.

Al final alguien me sacará del sueño. Eso será dentro de 15 días, cuando se hayan celebrado las elecciones en Asturias y Andalucia. Hasta entonces podemos continuar con la quimera.

@juanignaciodeju

viernes, 9 de marzo de 2012

NOTICIAS


Hoy leo en los periódicos digitales noticias que me dejan un poco más perplejo de lo que estoy habitualmente. En primer lugar, me emociono con la pseudo dación en pago que va a poner en marcha el gobierno; después me irrito con la visita de los inspectores de la UE a España.

La pseudo dación en pago, a falta de aprobación por parte del Consejo de Ministros, me llena de dudas. En primer lugar, se trata de un código de buenas prácticas de los bancos, esas instituciones que dejan mucho que desear en eso de las buenas prácticas. Si nos fijamos en los hechos del verano del 2008 o incluso de lo ocurrido desde el verano del 2007, pensar que los bancos van a adoptar un código de buenas prácticas es una utopía. En primer lugar, para ser buenos chicos, los bancos deberían haber predicado publicando todos sus pecados, que son muchos, y declarado que todos se habían metido en negocios poco claros, desde manipulación de cotizaciones (legal, por otra parte), paraísos fiscales, hipotecas de alto riesgo para presentar grandes beneficios y ocultación de resultados. Amén de sueldos disparados de sus directivos, pensiones vitalicias y planes de pensiones sobre valor de acciones. En fin, que las buenas prácticas nunca han sido sus señas de identidad.

Pero para este economista perplejo, lo más preocupante es el desarrollo legal. Se dice, o así es lo que Yo he leído y oído, que se va a aprobar un decreto. No se de leyes ni de técnica jurídica, pero me parece excesivo un decreto para un código de buenas prácticas voluntario como se especula que sea. En fin, veremos que ocurre.

La letra pequeña me deja sin palabras, incrementando la perplejidad. Se aplicará sólo a familias donde estén en paro todos sus miembros (bien) pero sólo a inmuebles que valga menos de 200.000 euros. Primera pega: ¿Qué valor tomamos? Porque si cogemos el valor del inmueble en el momento de la compra, no se aplicará a nadie. Si cogemos el valor actual, los bancos perderán dinero y no querrán aplicarlo (y recordemos que es voluntario). Además, se permite que las familias tenga ingresos que no procedan del trabajo, es decir, subsidios de desempleo (bien otra vez) y rentas del ahorro (perplejidad). No es que tenga nada contra el ahorro, más bien al contrario, pero es paradójico que una persona que no tenga rentas del trabajo, pueda acogerse a esta medida con, por poner un ejemplo, 1.000 millones ahorrados en el banco. Se me dirá, ¡hombre, no querrá acogerse a ella! Si esta persona, un inversor inmobiliario, compró un piso en la costa hipotecándolo, para ponerlo en alquiler, por 100.000 euros hace cuatro años y no le ha sacado ni un euro por la caída del turismo, se lo va a regalar al banco dado que ahora vale un 60% menos quitándose el crédito. En fin, cosas de la política.

Y luego está la visita de los técnicos de la UE a España para verificar el déficit. Personalmente creo que no ocurrirá nada, que pactarán una cifra. Como escribí en PAIS BANANERO, la cifra del déficit del 8,51% sólo puede significar que ha habido un hundimiento de la recaudación (hipótesis número 1), que se han inflado los datos (hipótesis número 2) o que se había mentido antes (hipótesis número 3). La primera hipótesis, avalada por algunos datos, como la caída de la recaudación del IVA en diciembre, parece la más plausible y la menos dañina para todos. Las otras dos, no descartables, mandarían un mensaje a los mercados demoledor para la economía española. Si se inflan ahora los datos, malo para nuestra credibilidad y peor para nuestro futuro: medidas drásticas, control mensual de nuestra liquidación de presupuesto y multa del 2% del PIB. Si se acepta la hipótesis 3, mala imagen de los técnicos de la UE y, obviamente, lo mismo que antes (multa y control), con cabreo de los técnicos de la UE. Por lo tanto, lo más razonable es que la solución sea salomónica: la caída de la actividad es la causante del desvío. El único problema es la interpretación a posteriori: si es un problema de actividad (con la disminución asociada de los ingresos tributarios) la solución óptima no parece ser la emprendida (más austeridad y, en consecuencia, menos actividad), sino más bien la contraria: tendríamos que incrementar la actividad. Pero me temo que esto no entra en las mentes europeas, especialmente de Alemania y Francia.

Por último, la solución griega. Hemos conseguido una quita para el 95% de los bancos y eso salva la economía helena, de momento, permite mandarles dinero, de momento, y posibilita el ajuste de la deuda griega, de momento. El euro parece salvarse, de momento. ¿Por qué no hacer algo similar con los ciudadanos? El mes pasado propuse en este blog una solución para la economía española en el mismo sentido y, por supuesto, mucho más liviana que la griega: moratoria en el pago de las hipotecas durante un año.



@juanignaciodeju

miércoles, 7 de marzo de 2012

LIQUIDACION DEL PRESUPUESTO

Se han hecho públicos los datos de la ejecución del presupuesto 2011 por parte del gobierno en la parete estatal. El déficit del estado ha sido del 5,1%, los gastos cayeron el 12,5% y los ingresos el 2,8%. Lo primero es que desmonta la idea de despilfarro. Los gastos han caido, pero también lo han hecho los ingresos. Conclusión: la economía se desplomó en el cuarto trimestre del año, lo que provocó ese déficit. Lo cual si cuadra con la realidad: no es un problema de gastos, sino de ingresos. Luego la solución no debe ser por los impuestos. Y analizando la situación de esta forma, sorprende los mensajes mandados por las autoridades: austeridad y subida de impuestos.

Además hoy nos han dicho aproximadamente cómo será el ajuste: caida de la inversión pública un 40% y de los gastos un 11%. Si se suma al hecho de que la inversión ya ha caido un 21% en el 2011, el estado dejará de invertir y, prácticamente, de gastar. El problema es el siguiente: ¿cómo va a crecer la economía si el sector privado está parado y el público lo van a detener en seco?, Con los datos, el problema será la bajada del PIB (más del 1,7%) y el crecimiento del desempleo (creo que superaremos ampliamente los 6 millones de parados, a pesar de las reformas). Como escribe Krugman en su blog, vamos de cabeza al desastre económico total. El año 2012, o cambian las cosas, o seremos intervenidos si o si.

Además se ha hecho pública una encuesta del CIS sobre la percepción de la econmía española. Más del 80% piensan que la economía está mal o muy mal y la evolución, para el 33% de la población, será a peor. Tenemos, pues, un problema de coyuntura que presagia una debacle para loos próximos meses, con una evolución nada favorable.

Para colmo de males, la prima de riesgo española ya está otra vez en 350 puntos y subiendo y por encima de la prima italiana. El panorama camina, lo queramos ver o no, a la intervención. Y no valdrá la afirmación de la herencia recibida, que no hacen más que utilizar.

Con todo esto, ¿dónde está la famosa confianza que iba a generarse con la victoria del PP?. No aparece por ningún lado, lo cual complica sobremanera las cosas. Y si desciende el consumo, disminuye la inversión pública y privada y lo hace también el gasto público mientras las exportaciones no van a subir por la evolución negativa de la economía europea, la conclusión es clara: depresión e intervención. Y eso si no se tuercen las cosas: todo lo que está mal es susceptible de empeorar.

@juanignaciodeju

martes, 6 de marzo de 2012

FRASES

“Caminando hacia el precipicio vemos la senda de la desgracia”. “Ante dos caminos que se bifurcan debemos elegir uno y esperar que sea el correcto, si no nos perderemos para siempre”. “Es mejor mirar hacia delante que dar marcha atrás sin las debidas garantías”.

Todas estas frases podrían dedicarse a la economía española en estos momentos. Caminando hacia la recesión absoluta, con unos niveles de PIB próximos al del 2007, iremos viendo los cadáveres que van quedando en la cuneta. En concreto, los 6 millones de personas obligadas a una suerte de prostitución laboral para poder trabajar o ganarse un sustento. Economía sumergida del 30% con niveles salariales próximos a la esclavitud, sin derechos sociales ni garantías de solución de sus problemas a corto plazo. Ese es el camino que llevamos en este momento, con las presiones del eje Merkozy para una senda de consolidación fiscal que busca acabar con la competencia. Las devaluaciones internas no suelen funcionar más que a medio plazo, pero con las circunstancias actuales de la economía española, con tres años seguidos de crisis y desolación, otros tres años de estar en el limbo económico no sería soportable por la sociedad, que empieza a ver como se quedan en la cuneta las inversiones que ha realizado (la formación de los jóvenes). Ya nadie, ni siquiera este economista perplejo, espera que se produzca un cambio significativo en la política, aunque si anhelamos que Alemania realice un esfuerzo interno de solidaridad con sus socios y nos permita respirar. Una política fiscal expansiva en Alemania, junto con una política monetaria expansiva con tipos de interés cercanos a 0% sería un alivio para las economías más castigadas por la incompetencia de los gobernantes (pasados, presentes y, me temo, que futuros). Mientras tanto, toca sufrir. Pero ¿hasta cuando?

La política suicida de Europa en estos momentos es tal que no podemos mirar al futuro con optimismo. Y, para colmo, la dureza de los ajustes acaba con la disciplina fiscal de las sociedades, generando bolsas de fraude que provocarán una primavera para los dedicados a la ocultación, mientras los demás mortales apechugarán con su ajuste más el de los insolidarios.

Cuando nos encontramos con una bifurcación debemos elegir un camino y esperar que no sea el erróneo. Normalmente nos ponen señales para que tengamos toda la información y así elegir correctamente. Pero las circunstancias actuales, las señales están escritas de tal manera que no somos capaces de descifrarlas. En una pone CRECIMIENTO y en la otra CONSOLIDACION FISCAL. Una está pintada de negro y la otra de azul. La primera tiene una calavera y la segunda la cara de Merkel y Sarkozy. ¿Qué camino elegiremos?. Evidentemente, el segundo, obligados por los que manda. Pero es el equivocado. Si es así, vamos camino de perdernos para siempre. Ya lo advierte Europa: cumplimiento del ajuste al 4,4% o intervención, aunque creo que la forzarán voluntaria. Y, entonces, preparémonos.

Y, por último, una vez elegido un camino, no demos marcha atrás a no ser que nos garanticen el retorno, cosa que en este caso no existe. Una vez lanzado el órdago, mantengamos nuestra apuesta a no ser que nos garanticen la expansión vía mercado exterior de la economía, si no, mejor no cambiar.

Leí una vez que en la mesa del despacho de Merkel existía un estudio sobre como terminar con la deuda pública Griega que abogaba por la venta de sus activos. ¿Qué tipo de activos? Pues los que le quedan en este momento, las islas, el turismo, el Partenón y esas cosas. Me imagino que encima de la mesa de los ejecutivos de la banca peor gestionada de Europa, la alemana, estará un informe con las enormes ventajas de provocar la caída de los bancos españoles contagiados por los problemas de las cajas de ahorro y así poder comprar el Santander y el BBVA a precio de saldo. ¿No es extraño que la banca española, con los colchones de provisiones más grandes de la banca europea, esté en permanente duda? De ahí la equivocación de no hacer un banco malo que asumiese la gestión de toda la basura, dejar bancos limpios como la patena y poder seguir funcionando y obteniendo beneficios, e incluso comprando bancos alemanes. De ahí si hubiera surgido un incremento del crédito de forma rápida.

Mientras tanto, el bono español supera el 5%, el italiano por debajo, la prima de Rajoy en los 320 puntos básicos y los bancos depositando en el BCE 827 mil millones de euros al 0%. ¿Por qué no se establece un tipo de interés para los depósitos de la banca en el BCE de -1,5%? Eso también reactivaría el mercado. Pues no se hace porque eso llevaría implícita la bajada del tipo de interés de referencia al 0%, la facilidad del crédito y las mejoras en las economías. Y a alguien eso no le conviene. Al menos así lo dice en declaraciones a la prensa.


@juanignaciodeju

lunes, 5 de marzo de 2012

LA SENTENCIA DE LOS MERCADERES

Las cosas van mal, muy mal. Hoy, primer día hábil desde el anuncio del cuadro macro del gobierno, empezamos a ver la situación con claridad. Y pinta feo el panorama. Por ahí van las cosas.

El ministro Montoro dice que no van a subir impuestos, que no van a bajar sueldos a funcionarios y que van a cumplir el déficit previsto. Bueno, me parece irreal pero habrá que creerle de primeras. Falta poco más de tres semanas para que nos muestre sus cartas en el presupuesto.

Por otro lado, De Guindos culpa de la sequía de crédito a la situación española, la banca le responde que lo que falta es demanda solvente, González Páramo afirma que es optimista sobre el crédito por la última subasta del BCE y la banca deposita en el BCE la friolera de 820.819 millones de euros, es decir, el 82% del dinero pedido en las dos macrosubastas al BCE. Como no podía ser de otra manera, la prima de riesgo empieza a crecer hasta los 320 puntos básicos.

Todas las noticias extraídas de Expansión. ¡Fantástico panorama!. Las entidades financieras prefieren colocar el 82% del dinero solicitado al BCE con un coste del 1% en algo que le rinde el 0% (prácticamente; algo positivo, pero del orden del 0,25), es decir, prefiere perder dinero a ponerlo en algo productivo donde ganar dinero. Cuando contabilicen las pérdidas, tendremos que pagárselas entre todos. Creo que están esperando nuevas subastas de bonos de la periferia, fundamentalmente Italia y España, para ganar más por el camino que haciendo préstamos a sus colegas o al ciudadano medio. En fin.

La prima de riesgo continúa subiendo. 320 puntos básicos. Y la confianza también cae. La verdad es algo que nos pone siempre delante de nuestro espejo, y la situación empieza a revelarse como insostenible. Si con un billón de euros nuevos en el sistema la confianza en la deuda española empeora, cuando el efecto placebo de la inyección se pase, seis meses después, tendremos una crisis de deuda mayor que la última. ¿Cuándo? Pues a finales de agosto. Espero confundirme. Si no, adiós muy buenas; el sistema se caerá y la economía española desaparecerá de la faz de la tierra. Nuevas reformas impuestas y adiós a nuestra soberanía. ¡Mariano no lo permitas!

Y Bruselas, mientras tanto, advierte que puede poner sanciones a España si no corrige el Déficit Público. ¡Otro más!. Si es complicado reducir el déficit público, con un ajuste calculado por el ministro De Guindos de 37.500 millones, de los cuales ya hemos hecho 16.000 y nos quedan 21.500 millones, según él (Yo creo que es bastante más, pero en fin), si encima nos sancionan con un 2% del PIB, el ajuste sería de 39.500 millones. Y la reducción adicional de 23.500 ¿Sin subir impuesto ni tocar salarios y con la economía en recesión? Imposible. No hay más palabras. Es más, ya nos está amenazando, veladamente, con un rescate, y recordemos que según la nueva redacción de los compromisos se puede obligar a un país a solicitar un rescate cuando en Bruselas lo estimen conveniente. Y ya conocemos las medidas que Bruselas plantearía (también comentadas en este blog).

Y por fin algo positivo, la OCDE apoya el ambicioso programa de reformas de Rajoy. Pero ¿cuáles? A las ya hechas, financiera, laboral, estabilidad y organismos reguladores, añade el presidente la de la educación (ya comentada en este blog) y la de la Administración Pública (pendiente de comentar en este blog). Pero, desde el punto de vista de este economista perplejo, faltarían por lo menos las siguientes: reforma de la distribución, de la electricidad, del petróleo, de la innovación, del transporte y de las comunicaciones. Todas ellas de mercados ineficientes que funcionan bajo la idea de un oligopolio que hay que corregir. Ya hablaré de todas ellas según mis opiniones, pero este economista perplejo no sale de su asombro al ver limitado el catálogo de reformas en un gobierno que, desde el principio, ha dicho que sería reformista. ¿Es que sólo funciona mal en España lo que nuestro presidente ha dicho? Hay mucho que mejorar para que España vuelva a funcionar. Pongámonos manos a la obra ya, que el tiempo apremia y Bruselas está que trina con nosotros.

@juanignaciodeju

sábado, 3 de marzo de 2012

PAIS BANANERO

A este economista en estado de perplejidad los últimos acontecimientos les estan sumiendo en la más profunda de las depresiones. Empezamos a tener una pinta muy mala, muy helenica según las palabras de una ilustre miembro (o debo decir miembra?) del partido del gobierno. Antes sabíamos que el gobierno no era muy solvente, con fallos dramáticos (plan e incluido). Fuimos a unas elecciones en noviembre con una idea fuerza: un gobierno fuerte. Y le dimos casi todo el poder a ese partido. Le dimos el poder local, autonómico y estatal. Nadie ha gestionado tanto poder en la democracia, tanta información, tanta capacidad de gestión. Y teniendo todo de cara, con una gran capacidad de toma de decisiones, este economista deseó que se pusieran rápidamente las bases para que se empezaran a tomar decisiones.

Empezaron sembrando las dudas en los gobiernos locales. Este economista perplejo tiene la insana constumbre de leer los diarios digitales más marginales que uno pueda imaginar. En uno de ellos leí una supuesta declaración (supuesta porque me niego a aceptar que alguien que tiene un par de dedos de frente diga eso) en la que un alcalde de una ciudad importante recien reconquistada (que ya fue suya, pero la perdieron), antes de tomar posesión, dijo "me han venido reclamando facturas en pesetas", es decir, facturas con 10 años de antiguedad, dando a entender que ese ayuntamiento no pagaba facturas desde hacía 10 años (incluyendo el periodo que fue gestionado por ellos). Lo primero que debería saber ese señor es que esa deuda no tendría el menor fundamento, pero dicho quedó. Continuamos con un gobierno regional, conquistado también, que, de la noche a la mañana, dejó de pagar todos los gastos de funcionamiento, que se iban pagando con normalidad. Y adujo que se habían gastado todo el dinero, que no había nada en la caja. Probablemente fuese verdad, pero eso no debe hacerse de esa manera. Debe gestionarse de otra manera. Porque una cosa es paralizar proyectos faraónicos y otra muy distinta es poner en riesgo la estabilidad del sistema. Y finalizamos con el gobierno central haciendo en vísperas del final de año un anuncio de lo más chocante: no sólo no ibamos a cumplir nuestros objetivos, sino que además prácticamente no habíamos hecho nada por ello. Vamos, toda una declaración de intenciones. Eso sí, les permitió aprobar un decreto de ajuste de lo más leonino. Todo el ajuste para la clase media, con subidas de impuestos de todo, ajustes de gastos productivos y recuperación de gastos fiscales no productivos con carácter retroactivo. Todo lo contrario de lo que debería hacerse: facilidad de gasto para las rentas medias, mantinimiento del gasto público productivo y eliminación de aquel que no aporta nada nuevo. Porque un crecimiento de un 1% del PIB implica algó así como casi 4.000 millones más de ingresos.

Pasaron los meses y las primeras impresiones fueron tomando cuerpo. En este blog he ido analizando las cosas que se han puesto encima de la mesa (es decir, en el BOE) que ha aprobado el gobierno. La reforma del sistema financiero, aunque ambiciosa, nos condena a sequía de crédito durante 3 años (uno para los bancos más sanos, otro más para los más perjudicados, otro adicional para devolver el dinero al BCE). Suponiendo que existan bancos más sanos que puedan acogerse al primer plazo, claro está. Y una medida para la galería que es más perniciosa de lo que podemos imaginar: limitar el sueldo de los banqueros que reciban ayudas públicas. Eso implica que, a no ser que sea totalmente imprescindible, ningún banco va a pedir dinero para su saneamiento, sino que ocultará su situación. Seguimos con una reforma laboral con elementos positivos, en la buena dirección, pero excesivamente laxos en su aplicación. Y elementos excesivamente negativos, que terminan neutralizando los positivos. Una declaración de intenciones de un miembro del gobierno me terminó de causar mi estado: "la facilidad en el despido provocará un incremento de la productividad para evitar ser despedido". Algo con lo que podríamos estar de acuerdo en momentos de expansión económica, pero que en la situación actual es un canto al sol, probablemente equivocado. O voluntariamente equivocado.

Y finalizamos con la semana que acaba de terminar: de traca. Una supuesta negociación para flexibilizar el déficit público para el año 2012 voceada por los periódicos afines, como diciendo "fijaros que buenos somos que ya estamos manos a la obra y consiguiendo grandes cosas" inmediatamente desmentidos por los supuestos destinatarios del mensaje. Es más, las autoridades europeas dicen constantemente: primero los datos, después las medidas y finalmente el análsis y las decisiones. Muy europeo todo. Bien, pues vayamos por partes:

1.- Los datos. El déficit público ha sido, según el gobierno, del 8,51%. No es que sea malo, es que es pésimo. Y lo que es peor, es la tercera cifra de déficit que da el mismo gobierno en un plazo de tres meses. Y eso sí que es pernicioso. Tan malo, que ya se está diciendo en Europa que estamos mintiendo en las cifras (os acordáis de Grecia?). Tan malo, que algunos en España ya están poniendo sordina a la cifra, no creyéndose lo que se dice. Con gobiernos regionales que dicen en público que ello dijeron otra cifra cuando mandaron los datos y se han encontrado con otros más elevados. Con análisis pueriles de la cifra que sonrojan a cualquiera que piense un poquito. Ayer, en el post, ya lo escribí, así que no voy a repertirlo. El análisis correcto no es el que se está haciendo, es que estamos no en recesión, sino en hundimiento (otra vez Grecia).

2.- Las medidas. No las conoceremos hasta después de las elecciones regionales de Andalucia y Asturias, territorios que hay que conquistar (otra vez Grecia). No parece muy correcto que si la situación es tan pésima como la que dicen que es, si la herencia recibida es tan mala, hay que tomar las medidas urgentemente, no podemos esperar a que se produzcan elecciones. Los inversores, que no los mercados, están pendientes de esas cifras, de esas medidas, para ver qué va a ocurrir. El cálculo electoral es precisamente lo que se criticó del gobierno anterior, y lo que causó la situación actual de Grecia (en este caso el cálculo fue de Alemania). Parece que no aprendemos de la historia ni aunque sea tan reciente.

Dentro de este apartado, hablaré de las cifras concretas. Se prevé para el año 2012 lo siguiente: Déficit del 5,8%; PIB = -1,7%; Paro=24,3% (destrucción de 630.000 empleos). La descomposición del déficit es la siguiente: Gobierno central 4%; Autonomías 1,5%; Ayuntamientos 0,3%; Seguridad social 0%. Esto implica que el esfuerzo del estado será de un 1,1%, el de las comunidades autónomas 1,41%, de los Ayuntamientos un 0,09% y el de la Seguridad Social de 0,49%. Lo primero que llama la atención es que se prevé que mejoren las cifras de la Seguridad Social, lo que con las previsiones actuales y el statu quo existente es imposible. Si se destruye empleo y no se modifica la legislación, no habrá mejora en las cuentas de la seguridad social, es imposibles. Es por ello que algún periodista le preguntó al ministro si iban a subir las cotizaciones sociales de los empresarios, y contestó rotundo: NO. ¿Cómo lo van a hacer?, probablemente con subidas de las cotizaciones de los trabajadores (otra subida de impuestos a los ciudadanos) o con rebaja de los costes del sistema. Veremos.

¿Son realistas las cifras?. Yo creo que no, que son un brindis al sol. Sin muchos datos, la lógica económica dice que muy probablemente el PIB sea peor de lo estimado, que el paro sea peor, que los subsidios se incrementen y, lógicamente, que el déficit sea peor. Pero, eso sí, dejemos que todo transcurra y que la realidad sea la que sea. En principio, démoslas por buenas.

3.- El análsis. Ya lo ha dicho Bruselas: cuando presenten el presupuesto, hablaremos, pero tenga en cuenta que probablemente le obliguemos a tomar nuevas medidas. En cristiano: usted traiga los presupuestos que nosotros le diremos cómo llegar al 4,4% de déficit. Es más, se lo impondremos (otra vez Grecia). Lo que implica un nuevo ajuste para el mes de mayo. Y ese ajuste ya lo ha dicho Europa en repetidas ocasiones: subida del IVA hasta el 23% y bajada de las cotizaciones sociales en 4 o 5 puntos; bajada de sueldos públicos; disminución de las prestaciones sociales, especialmente el paro y la sanidad; y disminución de las pensiones. Otra vez Grecia.

Soy muy crítico con las medidas de austeridad y creo que podríamos conseguir lo que necesitamos si, en primer lugar, somos sinceros en lo que decimos. Las dudas en las cifras son las perores acompañantes de la economía, y en Europa no se nos cree, lo cual es muy malo. También he propuesto medidas en este blog que podrían aliviar la situación sin implicar gasto público alguno y que, lógicamente, mejorarían nuestra economia. El revanchismo que se ha instalado en la gestión política parece muy mala compañera de viaje. La responsabilidad es mejor que la efectividad electoral. Y la responsabilidad implicaría tomar medidas drásticas en ciertas esferas de poder que no se hacen por un problema de cálculo electoral. Me estoy refiriendo a gobiernos que han derrochado lo que no estaba en los escritos pero que como son de los nuestros no hacemos nada, es más, les damos dinero que no tenemos (más deuda pública) para salvarles la cara. No parece el camino. Mientras tanto, cuando podemos poner la cara colorada al otro, lo hacemos a bombo y platillo. Es Bruselas están esperando para tomar medidas a que se produzcan las elecciones en Andalucia y Asturias, en espera de ese revanchismo.

Los técnicos del FMI y de Bruselas han venido en repetidas ocasiones a verificar nuestros datos, y no han dicho nada al respecto. Que ahora se cambien las cifras de forma tan brusca es una muy mala señal. Eso es precisamente lo que ha llamado la atención en Europa y lo que ha provocado el cambio de actitud de los gobiernos europeos. Porque si nuestro déficit fuese, por poner un ejemplo, del 7,2% y pidiéramos árnica a nuestros socios, seguro que la tendríamos. El cambio de la coyuntura lo facilitaría. Pero decir, de forma indirecta, los técnicos que han venido por aquí son unon ineptos pero os pido una flexibilidad, implica que la respuesta es no, ahora cumples porque no me creo lo que dices.

Veremos como nos analizan los inversores. De momento mal. La prima de riesgo ya no está mejor que la italiana, ni a corto ni a medio ni a largo plazo. Mal dato. Pero eso no parece ser noticia en este país que llamamos España. Fue noticia para echar al gobierno anterior. Y las medidas anunciadas, publicadas o sugeridas no parecen que sean del agrado de los mercados. A pesar de la gran cantidad de dinero puesta en circulación por el BCE y las facilidades de compra de bonos que se han dado, nuestra prima de riesgo no ha mejorado en estos dos meses, es decir, no ha vuelto al confianza en la economía española, que sigue siendo mala. Como en las próximas semanas suba, tendremos una nueva crisis de deuda después del verano. Espero confundirme.

@juanignaciodeju

viernes, 2 de marzo de 2012

BRUSELAS

Pues al final, la Comisión nos ha dicho que de rebaja del objetivo, de momento, nada, que presentemos las cuentas y que, con el presupuesto encima de la mesa, no nos hagamos ilusiones que probablemente nos dirán que hay que rebajar más los gastos. Lo de siempre. Con lo cual, con los 15.000 millones de ajuste que ayer el ministro De Guindos llevó a la reunión, más los otros 15.000 que nos va meter de tijeretazo en mayo, cuando hablen del déficit los presidentes, nos vemos abocados a una rebaja del PIB de aproximadamente un 2 – 2,5%. Lo que significa que nuestros ingresos fiscales disminuirán en un porcentaje similar y, en consecuencia, nuestro déficit volverá a ser superior que el comprometido. Y nueva vuelta de tuerca.

¿Y cómo se van a ajustar las cuentas? Pues no lo sabemos, pero me temo que serán de una manera parecida a lo siguiente:

1.- Habrá copago en las carreteras, bueno más que copago, repago porque ya las hemos pagado, tanto su construcción como su mantenimiento, con nuestros impuestos. Probablemente, dada la dificultad de establecer un peaje en cada una de ellas, se establezca un recargo sobre el impuesto de circulación o sobre el seguro del automóvil.

2.- Se establecerá una tasa por la renovación de la tarjeta sanitaria, algo que ya está circulando por ahí. 10 euros por la emisión de una nueva tarjeta.

3.- Probablemente aparecerá el repago por la sanidad, al estilo Griego o Portugués. Un importe más elevado por las visitas a urgencias que por las visitas al hospital y, obviamente, la mayoría de los servicios que nos prestan, previo repago.

4.- El bachierato dejará de ser gratuito en los institutos públicos.

5.- Desaparecerá la educación de 3 a 6 años, calificada ya por el ministro como ‘conciliación’. A partir de ahora será previo pago.

6.- Subida de los impuestos especiales de tabaco y gasolinas. Se aprovechará la normativa europea para subir más el impuesto sobre el gasóleo.

7.- Reducción drástica de todas las subvenciones que existen en la actualidad, tanto a I+D como a otras actividades.

8.- Habrá una tasa por la emisión de recetas, aceptada ya por el PP de Catalunya como una opción en el presupuesto de aquella comunidad.

9.- Eliminación del 50% de la paga extra del mes de julio en los salarios de la administración. Si hiciera falta más ajuste, en diciembre no habrá paga extra.

10.- Disminución del presupuesto de becas universitarias, aproximadamente a la mitad. Se quitarán las de aquellos estudiantes que no aprueben todas las asignaturas.

Podríamos seguir esbozando las medidas que, en algún momento, hemos leído o escuchado por ahí. Pero sería muy largo. El caso es que, de forma torticera, se dejará el IVA fuera del primer ajuste, aunque se incluirá en el segundo impuesto por Bruselas, cuando nos pidan el esfuerzo adicional, donde pasará a un 20 o 21%, que es tipo medio en Europa. O incluso un poco más (23%) acompañado de rebajas de las cotizaciones sociales, vendiéndolo como una medida para crear empleo. Como nos lo impondrá Bruselas dirán que ellos no querían y que es algo que se ven obligados a hacer por la herencia recibida.

Si es menester, cosa que estará por ver según la evolución que tenga el desempleo, ‘reordenación’ del subsidio de desempleo, de forma que se recorte algo así como un 25%.

Al final, no queriendo la ‘helenización’ de la sociedad española, terminaremos helenizados completamente, es decir, tan empobrecidos como los ciudadanos griegos y con una economía no en recesión, sino más bien en depresión de la cual no saldremos en un periodo de tiempo corto, sino más bien largo. Porque con un sistema bancario paralizado hasta enero de 2015, cuando, teóricamente el sector esté ya saneado y haya devuelto la primera megainyección de liquidez del BCE, no habrá incremento de la actividad de forma sustancial y el paro no se reducirá. Llevaremos entonces casi 8 años de crisis y estaremos en una situación de japonización de la economía. Por lo tanto, busquemos alguna alternativa al recorte, por favor, que la política no es la más adecuada.

Por favor, crecimiento.


@juanignaciodeju

jueves, 1 de marzo de 2012

NOTICIAS

Las noticias de las últimas jornadas están de lo más jugosas. Desde el punto de vista económico, desde luego.

En primer lugar, el déficit público. La cosa pinta muy mal en todos los aspectos. El desfase con lo comprometido y lo anunciado es excesivo, y seguro que recibimos una reprimenda de los mandatarios europeos. Allí hemos mandado al ministro De Guindos para que le aticen. Veremos como sale.

Porque desde Europa no se terminan de creer lo que ha pasado, que no digo que no sea cierto. Pero, si es cierto, es verdaderamente preocupante. Recapitulando: en noviembre, cuando se presentan las cifras de ejecución presupuestaria de las administraciones públicas, los datos iban por un camino correcto, tanto es así que se llegó a afirmar que el desfase sería de unas décimas. Y esas cuentas ya incluían ajustes importantes de las Comunidades Autónomas. Por ejemplo, Castilla la Mancha indicaba un déficit del 4,8%, Extremadura ya andaba por un 4%, etc. Incluso había una comunidad, el País Vasco, que presentaba un superavit. En cuanto al estado, estaba también bien y la seguridad social ya apuntaba un déficit como el finalmente ocurrido, más o menos un 0,5%. En conjunto, la desviación sería de un 1% como máximo. Cerrado el ejercicio, las cifras se han disparado, en conjunto un 2,51% donde llama la atención que las Comunidades Autónomas han tenido un déficit exactamente igual que en 2010. Si es cierto, repito (y no tenemos por qué dudar de ello, de momento) eso implicaría un descenso de la recaudación impositiva brutal, de forma que la caída de la economía sería mucho más profunda de lo esperado y, por lo tanto, el futuro más negro de lo que nos pensamos.

Pero las propias Comunidades Autónomas gobernadas por el PP (no las nuevas, las que ya tenía en su poder) empiezan a dudar de la veracidad de las cifras publicadas por Hacienda. En concreto, La Rioja no se explica cómo ha pasado de un 2% que ellos reportaron al ministerio al 2,95% manifestado por Hacienda. Navarra tampoco está de acuerdo con la cifra.. Qué decir de Andalucía, donde se reclama que se compute como ingreso la deuda reconocida por el Estado (que, entiendo, según el principio contable del devengo, debe estar contabilizada en la contabilidad de la administración). En fin, que las dudas sobre el método de cálculo son importantes. De ahí la noticia de Reuters de hace unas semanas. Los funcionarios europeos se mueven con la estimación y la constatación como método de análisis. Si las cosas son como estimaban más o menos, no hay problemas. Si hay cambios importantes, protestan.

De ahí también las manifestaciones de la Comisión. Sin explicación de las cifras y programa concreto de ajuste hasta el objetivo, no van a mover un dedo para mejorar la situación. Y todo ello, con los mercados mirándonos con expectación. Así que ya puede el Ministro De Guindos hacerlo bien, si no vamos a terminar sudando sangre en los próximos meses.

Por otro lado, el BCE ha inyectado otro medio billón de euros a los bancos. No está mal, es más, era necesario. Pero el Bundesbank (es decir, Angelita Merkel) protesta por la medida y se escandaliza por la política expansiva puesta en marcha. Están más preocupados por la lejana posibilidad de que haya inflación en el medio plazo que por la recuperación de las economías europeas, que vamos camino del abismo más absoluto en el futuro más cercano. He leído esta mañana, y lo he twiteado, un artículo de Mc Coy que no deja lugar a dudas: estamos en un IV Reich económico. Ya lo advertí: crisis y nacismo.

Y finalmente el contrapunto. EE.UU. crece un 3%. ¿Son diferentes? Al margen de pequeñas diferencias de estructura económica con Europa en su conjunto (más bien relacionadas con las rigideces de algunos mercados), no somos tan diferentes. La diferencia fundamental es que allí el presidente Obama ha impulsado una política expansiva, tanto fiscal como monetaria. En Europa, la presidenta (Merkel) ha impulsado una política contractiva, tanto fiscal como monetaria. ¿Cuál nos parece mejor?. Vosotros mismos.


@juanignaciodeju