miércoles, 29 de octubre de 2014

CARTA A LOS REYES MAGOS DE PODEMOS

He estado leyendo las propuestas económicas de Podemos para analizar dónde nos situaríamos en caso de una victoria electoral de la formación. Al margen de que este ejercicio hecho con todas las demás fuerzas implicaría situaciones muy parecidas a ésta, hacerlo con una formación que parte de la elaboración asamblearia de las propuestas puede significar una aproximación a las medidas que la sociedad puede demandar. Quede claro que no es un ataque a esa formación política, es simplemente un ejercicio de lo hipotético y lo real. Por ello le he dado forma de carta a los Reyes Magos y de respuesta de estos. Entre el deseo y lo que los padres deberíamos escribir debajo de cada petición de los hijos.

"Queridos Reyes Magos y Papa Nöel.

Como va a haber elecciones y estamos todos muy cabreados con el gobierno y todo lo que nos imponen desde Europa, hemos decido montar un partido político. Y como estamos cerca de las entrañables fiestas navideñas, hemos decidido pediros a vosotros las medidas económicas que queremos implantar.

Lo primero, que hemos sido buenos. Somos jóvenes que vemos las cosas de otra manera y eso no puede ser un pecado. Simplemente creemos que podemos transformar el mundo y por eso nos lanzamos a esto de la gestión pública que tiene buena pinta. Y para demostrar que no somos la ‘casta’ pues hemos montado una forma participativa en Internet de manera que voten todos a través del ratón del ordenador y se decida el programa de forma participativa.

Y ahora las cosas que se nos han ocurrido en materia económica. Sabemos que es difícil que nos lo deis todo, pero al menos la mayoría estaría muy bien. Sobre todo porque lo pide la gente y eso es sagrado. Y de esas cosas (de lo sagrado, se entiende) vosotros tenéis experiencia.

Bueno, al lío:

1.- Queremos que la gente gane un mínimo que le permita vivir. Eso es muy importante y lo vamos a establecer de la siguiente manera: cada persona recibirá un mínimo, por ejemplo, 600 euros al mes, de forma que si no gana más de 400 en un trabajo a tiempo parcial (trabajo que no podemos llamar asÍ) le pagamos la diferencia. Pero así con todos los españoles. En total, 47 millones. Calculamos que esto nos costaría como unos 22.000 millones de euros.

(Hijos nuestros, mirar que hemos repetido el cálculo con calculadora y finalmente por hoja de cálculo, que parece más segura, pero nos dan cosas diferentes. Si los cálculos están bien, e interpretamos bien las cosas, eso nos llevaría a 62.400 millones. No es que estemos en contra, es que nos parece una barbaridad.
Al margen, habría que hablar de incentivos y esas cosas. Puede que seamos perversos, pero entendemos que las retribuciones de la gente no deben basarse exclusivamente en subsidios, ya que al final esto desincentiva el esfuerzo.
Además, ¿no está ya repetida esta medida con la deducción en el IRPF? Habrá que modernizar y actualizar este concepto. Y parece más justo.
En fin, que algunos economistas nos desaconsejan esto porque parece poco operativo. Además, puede generarse algo que llaman ‘hiperinflación’ que suena muy mal. Y nosotros no estamos por aquello que suena mal. Nos han dicho que consultéis con algún economista distinto de los que lo habéis hecho, que la sabiduría está en el contraste)

2.- Lo segundo que quiere la gente, que nosotros querer no queremos nada, es que se puedan jubilar a los 60 años. De esta manera, se generaría trabajo y  rejuveneceríamos la clase trabajadora con nuevos brios y productividades mayores. Hemos calculado que el coste de esto serían sólo 15.000 millones.

(No hemos hecho el cálculo. Lo damos por bueno. Pero le vemos un problema: vais a sustituir personas con salarios elevados por trabajadores nuevos con salarios más bajos. En consecuencia, lo que dejamos de ingresar por un lado no lo recuperamos por el otro.
Además, puede ocurrir que se amorticen puestos de trabajo y, en consecuencia, no haya ni uno ni otro. Y la productividad de los nuevos trabajadores será menor al principio que la de los antiguos, con lo que los precios subirán y/o las ventas se reducirán. En definitiva, que tampoco parece recomendable lo que pedís.
Existe otro problema adicional: la pirámide de población está invertida –que nosotros no sabemos de eso, pero suena mal también- y eso indica, según algunos economistas con los que hemos hablado, que no se podrán pagar las pensiones en un plazo medio. Y eso nos preocupa. ¿O es que pretendéis transformar el sistema de uno de reparto a otro de capitalización? Si es así, obviamente uno se jubila cuando le parece bien, no tiene más que comprobar el importe de su pensión y decidir si lo hace o no. Si estamos en el de reparto, lo sentimos pero nos lo vuelven a desaconsejar)

3.- La gente tiene que tener derecho a una vida privada y a un ocio suficiente. Por ello, proponemos que la jornada laboral sea de 35 horas. Así se incrementará el número de puestos de trabajo, bajará el paro y la gente estará más contenta.

(Aquí podríamos hasta estudiarlo, pero allí donde se aplicó, como es el caso de Francia, ni bajó el paro ni se crearon nuevos puestos de trabajo ni subió la economía. En fin, que otra vez nos dicen que tampoco parece razonable a corto plazo. Otra cosa es a medio y largo plazo. Dada la pirámide de población puede ser una medida razonable para cubrir los puestos de trabajo necesarios. Pero para eso también está la inmigración que habrá. Esta medida prometemos estudiarla, pero a largo plazo)

4.- Para financiar todo esto, vamos a luchar contra el fraude fiscal y obtener 40.000 millones que no se pagan.

(Loable. Pero nos parece poco. Si consideramos que hay una economía sumergida del 25%, debe existir como poco un fraude de 80.000 millones y sólo abordamos la mitad. Además, dado vuestro ideario, esa mitad debería ser la de los ricos, pero esos no les podéis localizar tan fácilmente. Así que, esa cantidad saldría básicamente del pequeño fraude: trabajos en negro, facturas sin IVA y esas cosas. De todas formas, adelante)

5.- Pretendemos tomar posiciones de control en las empresas de los suministros y sectores clave de la economía, de forma que, por ejemplo, la luz se pague en función del nivel de renta. Con esto pretendemos evitar la pobreza energética.

(Algo con lo que estamos básicamente de acuerdo. Pero ahora ya no tiene ningún sentido. Eso se tiene que plantear en su momento, antes de la privatización total. Hacerlo ahora  equivaldría a la salida del accionariado de la mayoría de los accionistas, ya que ellos están en determinadas circunstancias y la situación ahora cambiaría sustancialmente. Pero es algo que se puede estudiar, aunque hay que limitar el número de sectores, las condiciones, etc.
Además eso que decís que existe en otros países de Europa es cierto sólo a medias ya que la Acción de Oro se usa sólo en caso de decisiones sobre el capital, las decisiones operativas no se ven afectadas –entre otras cosas, porque sería ilegal según la legislación europea)

6.- Y finalmente, la reestructuración de la deuda. Hay que auditarla y sólo pagar aquella que sea socialmente aceptable. El resto se reestructura, que en lenguaje económico viene a significar, se deja e pagar, y ya está. Esto generaría más dinero para lo realmente importante, que es lo que hemos puesto antes.

(No vamos a ser nosotros los que nos neguemos a la reestructuración de las deudas. Puede ser una medida eficaz para incentivar las economías. De hecho funcionó en Argentina. Sólo hay un problema. Pertenecemos a un área económica –la del euro- y hacer esto equivaldría a no pagar la deuda que tengamos con bancos europeos y fondos de pensiones americanos y hay que calibrar las repercusiones de esto en el sistema en su conjunto, incluido el BCE. Y nuestro problema es que necesitamos el dinero. Si no pagamos, cuando les vayamos a pedir más dinero para financiar las pensiones, la renta mínima, los salarios de los funcionarios, etc, nos dirán que no nos lo dejan. En consecuencia tendremos un problema.
La solución sería pedir un rescate, vía un aval del FMI. Pero eso implicaría lo mismo que hemos sufrido o peor y no creo que estemos dispuestos a ello.
Existiría otra solución: dado que no nos prestan dinero, lo fabricamos nosotros. Es decir, recuperamos nuestra soberanía monetaria y le damos a la maquinita, es decir, abandonamos el euro. Pero eso tampoco nos lo recomiendan los economistas con los que hemos hablado. Generaríamos hiperinflación y, en un periodo de dos o tres años, todos más pobres que las ratas. Salvo algún espabilado.
Además, vuestro problema no es de deuda pública, aunque ahora esté en el límite de lo recomendable, es de deuda privada. Y de esa no decís nada.
Os proponemos que a cambio de no hacer esto, que parece muy arriesgado, ¿por qué no solventáis el problema privado con una moratoria en el pago de las deudas hipotecarias, con lo que abordaríais el otro problema que os preocupa que es el de los desahucios?

En fin, que de todo poco podemos daros. ¿Qué os parece si lo cambiamos por un tren eléctrico?)"


No pretendo moralizar sobre nada de lo expuesto ni, por supuesto, desautorizar a los colegas que están trabajando en las propuestas. Simplemente poner límites a la imaginación de las personas a la hora de realizar propuestas económicas. No todo cabe en esto tan apasionante de la economía ni todo es realizable sin costes que uno debe ser capaz de evaluar y plantear para que la gente sea capaz de decidir. Eso es lo importante.
Al final, todo depende de las mismas cosas que se enseñan en las facultades, aunque pretendamos cambiarlas.
Y esto lo dice un economista en estado de perplejidad absoluta.





@juanignaciodeju






jueves, 16 de octubre de 2014

YA EMPIEZA A SER TARDE PARA CASI TODO

Como me temía, continuamos enfermos de la peor infección que nos podemos imaginar: la austeridad dogmática de la jefa del chiringuito que se llama Angela Merkel y cuya locura sistemática nos va a llevar, si nadie lo remedia, al desastre más absoluto sin ninguna posibilidad de solución. Y sin embargo, ella sigue con la suya, con las pilas duracell.
Vayamos por partes. En lo que respecta a España, las ‘raíces vigorosas’ que veía nuestro presidente parecen tubérculos esmirriados que no alimentan nada. Les ha faltado riego y paciencia por parte de los que mandan. Unas cuantas dosis de política monetaria expansiva podrían haber sido suficientes a modo de vitaminas para el crecimiento de las raíces, pero siempre nos lo niegan quienes más tendrían que pedirlas. 
Los países del sur, los manirrotos, empezamos a sacar la cabeza, aunque siempre está el papá alemán con el mazo para que la volvamos a bajar. Así, le dirán a Italia que es inadmisible un déficit del 2.9% y atacarán al gobierno. Lo mismo harán con Francia porque presenta un déficit por encima del permitido. Aunque vaya a liberalizar hasta el comercio de hormigas si es necesario. Da igual, la ortodoxia es así. Aunque habrá que ver en qué queda el órdago lanzado diciendo que el presupuesto es soberanía del parlamento francés. Veremos.
Con Grecia no ganamos para disgustos, en parte por tener una enfermedad más grave que los demás, en parte por cometer enormes errores en la gestión y todo por no reconocer lo elemental: la economía griega no va a ser capaz de pagar la deuda que tiene; hagamos una quita suficientemente grande para que pueda respirar y tiremos para adelante. “Es que eso afectará a la credibilidad del euro y se depreciará”, nos dirán. Pues eso es precisamente lo que queremos, que seamos más competitivos.
De Portugal tampoco tenemos buenas noticias: hay elecciones y el gobierno ha decidido relajar los presupuestos. Todo sea por mantener algunos cientos de votos y así poder mantenernos en el poder. Y si volvemos a ganar, ya les daremos la puñalada a estos ingenuos que pretenden cobrar una pensión digna.
Y, finalmente, con Irlanda, la verdadera joya de la austeridad, tampoco han ido excesivamente bien las cosas. Sí, mejoró su situación, pero a costa de un dumping fiscal que algún día nos va a provocar un disgusto considerable.
¿Y que pasa en los países centrales del euro? Pues que Alemania está camino de la recesión con un sector industrial con serios problemas y una creación de empleo suave. Las exportaciones están cayendo y no parece que puedan mejorar a corto plazo. Y todo porque existen variables más poderosas que los costes en este tema y que no las controlamos convenientemente (o sí, vaya usted a saber).
Al final todos los problemas que estamos detectando, básicamente el peligro de la tercera recesión en Europa, se mantienen por un simple problema: el euro es una moneda hiper-sobrevalorada. Y todo ello por la simple razón de estar bajo el yugo de los alemanes y su ortodoxia monetaria que han impedido repetidamente que el BCE pudiera hacer una política monetaria expansiva que depreciase la moneda y facilitase las exportaciones. A veces esto de la economía es muy simple: un poquito de masa monetaria, un exceso de oferta de dinero, un exceso de demanda de bonos y una bajada de los tipos de interés que provoca que nuestra moneda se deprecie. Al depreciarse la moneda, nuestros productos son más baratos y las importaciones más caras, compramos menos al exterior y vendemos más, nuestra balanza comercial mejora y trasladamos rentas del exterior al interior. ¿Es tan complicado?
Si cuando digo que nuestros políticos tendrían que aprender un poco de economía no pretendo explicarles todas las teorías. Me conformo con el multiplicador keynesiano y el modelo IS-LM. ¡Ya se por qué¡ He dicho keynesiano. En fin, que continuaré perplejo viendo caer el invento. Que nos pille en el lado bueno es lo que voy a pedir.


@juanignaciodeju


P.D. Los test de estrés a la banca europea tienen pinta de ser no malos, sino peores. Y quieren penalizar a la banca del sur, especialmente a la española. Al final, querrán que inyectemos más dinero en los bancos. Y si es así, el año que viene o al siguiente podríamos estar fuera del euro y con el desastre sobre nuestras vidas. Espero confundirme.