Ya estamos en el año 2015.
Según el gobierno, año de crecimiento muy vigoroso y fuerza inusitada. Y
probablemente será verdad, aunque los ciudadanos sigamos sin enterarnos.
Tendremos que ponernos a estudiar esto de la desigualdad que hace que los
ciudadanos de un país no nos enteremos de la subida de la renta de una
economía.
Sin embargo en los últimos meses
ha aparecido una nube negra importante: Grecia. El fracaso en la elección del
presidente de la república ha obligado al adelanto electoral para el día 25 y
se abren opciones complicadas de cara al futuro. Las encuestas dicen que Siryza
va a ganar. Es decir, los griegos van a poder elegir a un partido político que
se declara abiertamente contrario a la política de austeridad y que aboga por
una política claramente socialdemócrata.
Lo primero que hay que decir
es una obviedad: los griegos tienen todo el derecho del mundo a elegir el
partido político que les gobierne con total independencia. Y seguro que lo
intentarán. Pero eso sería romper con el mantra de la austeridad impuesta por Alemania,
más exactamente por los conservadores protestantes alemanes. Y no creo que se
dejen ganar el terreno. Sobre todo porque Grecia es un país relativamente
pequeño dentro de la economía europea, pero si hay otros que importan más, como
es el caso de España.
Imaginemos que Siryza gana las
elecciones el día 25 de enero y pone en entredicho toda la política de
austeridad. Se va a encontrar con un grave problema: tiene que hacer frente a
una inmensa deuda pública que le condiciona su actuación. De ahí que cualquiera
que quiera hacer políticas socialdemócratas en la actual situación de deuda en
los países del sur de Europa parta de la hipótesis de reestructuración de la
deuda. Pero Grecia ya ha reestructurado la suya sin que haya pasado nada. Es
decir, es posible que un país relativamente pequeño deje de pagar una parte de
la deuda sin que eso signifique un problema grave para el resto.
En consecuencia, lo primero
que debería hacer Siryza para poder aplicar su programa de estímulos fiscales
es declarar que no va a pagar parte de la deuda. Normalmente lo harán
declarando que aquella que se ha utilizado para sanear los bancos es
socialmente reprobable y decidan no pagarla. Conceptualmente es intachable: los
ciudadanos no debemos pagar los desmanes de los bancos realizados por gestores
poco formados y muy ambiciosos. Pero hay una cosa evidente: no podemos dejar que
desaparezcan bancos, ya que éstos crean dinero y si cae un banco desaparece
dinero del sistema. Y eso es mucho peor. Lo que si podemos hacer es
intervenirlos, nacionalizarlos, meter en la cárcel a sus gestores si han cometido
algún delito, obligarles a devolver las retribuciones excesivas cobradas,… Pero
dejar caer a los bancos así, sin más, no parece la mejor solución.
Por lo tanto, la deuda pública
gastada en la intervención de los bancos es necesaria. Y socialmente no
repudiable. Otra cosa es que se ha dedicado dinero a rescatar banca y no a
personas. Y ese sí que es un punto importante que deberíamos poner en marcha de
forma inmediata. Porque sigo pensando que el problema que tenemos las economías
del sur de Europa es la deuda privada, que los ciudadanos nos hemos dedicado al
crecimiento personal vía deuda y eso nos está lastrando en la actualidad.
Pero para poner en marcha la
política socialdemócrata deben dejar de pagar una parte. Porque no hay muchos
más impuestos que subir para obtener recaudación y quieren gastar mucho dinero
en políticas sociales y, obviamente, eso sólo pueden hacerlo con deuda. Pero
como ya es muy alta, hay que reducirla para poder pedir más. Y eso es una
contradicción en sí misma. No pago deuda, pero pido dinero para seguir
gastando. Desde luego si yo no pago la deuda que tengo en un banco, porque la
declaro socialmente reprobable, cuando necesite dinero entiendo que el banco no
me lo va a dejar. Luego tendré que buscar otras soluciones.
La primera y más rápida es la
emisión de dinero fresco por parte del BCE. Eso está garantizado, pero a Grecia
le corresponderá muy poco. Algo así como un 2%, que es su peso en la economía
europea. Y con eso no les llegará. Porque los programas socialdemócratas que
plantean son más caros. En consecuencia, deberán hacer algo distinto. Y es ahí
donde aparece la gran decisión que tiene que adoptar Alexis Tsipras: o mantener
el status quo actual, es decir, someterse al dictamen de los mercados y, en
consecuencia, no reestructurar su deuda, o dejar de pagar parte de la deuda y
salir del euro, con las consecuencias nefastas que eso provocará en la economía
griega. Es una decisión difícil: o el largo plazo, manteniéndose en el euro, o
el corto plazo con la salida del euro.
Ya he manifestado muchas veces
que no es conveniente salir del euro, que las consecuencias serían mucho peores
a medio plazo. Pero en la actual situación de deuda es imposible hacer otra política.
Si salen del euro, a la moneda
como tal no le pasará mucho: son apenas 200.000 millones de euros sobre un
total de 10 billones. Habrá una depreciación más o menos intensa, pero lo
podemos asumir. Ningún economista no griego pondrá objeciones a ello. E incluso
puede que hasta nos venga bien.
El problema es de los griegos.
La nueva situación obligará a hacer cosas nuevas. Una puede ser que la moneda
nazca con un patrón: es decir, que la moneda no sea fiduciaria. Y eso es un
corsé muy fuerte para las economías que impediría el incremento del gasto
público planeado, luego no parece razonable.
La otra sería hacer nacer una
moneda, pero establecer un sistema de tipos de cambio fijos. Con grandes
ventajas para establecer la política de exportaciones, tendrían un serio
problema a la hora de satisfacer sus deudas. Porque la paridad establecida es
un baremo que se tiene que mantener a toda costa y para ello se necesitan
reservas. No tendría sentido que se establezca un tipo de cambio y no se sea
capaz de mantenerlo. Y eso afectaría a la capacidad de pago de la deuda.
La última, sería establecer
una moneda con tipos de cambio flexibles. Es decir, estar en la misma situación
que ahora. Tampoco parece una opción.
Como se decía antes, cuando
uno entra en un banco donde tiene mil millones, le pondrán un café. Si debe mil
millones, le invitarán a comer. Los griegos deben aprovechar esa ventaja, pero
si al banco le dejas de pagar, se te complican mucho las cosas y probablemente
te cobren todas las comidas juntas. Aunque seas un economista perplejo como yo.
¡FELIZ AÑO!
@juanignaciodeju
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