jueves, 1 de enero de 2015

GRECIA - LA TROIKA ¿1-0?


Ya estamos en el año 2015. Según el gobierno, año de crecimiento muy vigoroso y fuerza inusitada. Y probablemente será verdad, aunque los ciudadanos sigamos sin enterarnos. Tendremos que ponernos a estudiar esto de la desigualdad que hace que los ciudadanos de un país no nos enteremos de la subida de la renta de una economía.
Sin embargo en los últimos meses ha aparecido una nube negra importante: Grecia. El fracaso en la elección del presidente de la república ha obligado al adelanto electoral para el día 25 y se abren opciones complicadas de cara al futuro. Las encuestas dicen que Siryza va a ganar. Es decir, los griegos van a poder elegir a un partido político que se declara abiertamente contrario a la política de austeridad y que aboga por una política claramente socialdemócrata.
Lo primero que hay que decir es una obviedad: los griegos tienen todo el derecho del mundo a elegir el partido político que les gobierne con total independencia. Y seguro que lo intentarán. Pero eso sería romper con el mantra de la austeridad impuesta por Alemania, más exactamente por los conservadores protestantes alemanes. Y no creo que se dejen ganar el terreno. Sobre todo porque Grecia es un país relativamente pequeño dentro de la economía europea, pero si hay otros que importan más, como es el caso de España.
Imaginemos que Siryza gana las elecciones el día 25 de enero y pone en entredicho toda la política de austeridad. Se va a encontrar con un grave problema: tiene que hacer frente a una inmensa deuda pública que le condiciona su actuación. De ahí que cualquiera que quiera hacer políticas socialdemócratas en la actual situación de deuda en los países del sur de Europa parta de la hipótesis de reestructuración de la deuda. Pero Grecia ya ha reestructurado la suya sin que haya pasado nada. Es decir, es posible que un país relativamente pequeño deje de pagar una parte de la deuda sin que eso signifique un problema grave para el resto.
En consecuencia, lo primero que debería hacer Siryza para poder aplicar su programa de estímulos fiscales es declarar que no va a pagar parte de la deuda. Normalmente lo harán declarando que aquella que se ha utilizado para sanear los bancos es socialmente reprobable y decidan no pagarla. Conceptualmente es intachable: los ciudadanos no debemos pagar los desmanes de los bancos realizados por gestores poco formados y muy ambiciosos. Pero hay una cosa evidente: no podemos dejar que desaparezcan bancos, ya que éstos crean dinero y si cae un banco desaparece dinero del sistema. Y eso es mucho peor. Lo que si podemos hacer es intervenirlos, nacionalizarlos, meter en la cárcel a sus gestores si han cometido algún delito, obligarles a devolver las retribuciones excesivas cobradas,… Pero dejar caer a los bancos así, sin más, no parece la mejor solución.
Por lo tanto, la deuda pública gastada en la intervención de los bancos es necesaria. Y socialmente no repudiable. Otra cosa es que se ha dedicado dinero a rescatar banca y no a personas. Y ese sí que es un punto importante que deberíamos poner en marcha de forma inmediata. Porque sigo pensando que el problema que tenemos las economías del sur de Europa es la deuda privada, que los ciudadanos nos hemos dedicado al crecimiento personal vía deuda y eso nos está lastrando en la actualidad.
Pero para poner en marcha la política socialdemócrata deben dejar de pagar una parte. Porque no hay muchos más impuestos que subir para obtener recaudación y quieren gastar mucho dinero en políticas sociales y, obviamente, eso sólo pueden hacerlo con deuda. Pero como ya es muy alta, hay que reducirla para poder pedir más. Y eso es una contradicción en sí misma. No pago deuda, pero pido dinero para seguir gastando. Desde luego si yo no pago la deuda que tengo en un banco, porque la declaro socialmente reprobable, cuando necesite dinero entiendo que el banco no me lo va a dejar. Luego tendré que buscar otras soluciones.
La primera y más rápida es la emisión de dinero fresco por parte del BCE. Eso está garantizado, pero a Grecia le corresponderá muy poco. Algo así como un 2%, que es su peso en la economía europea. Y con eso no les llegará. Porque los programas socialdemócratas que plantean son más caros. En consecuencia, deberán hacer algo distinto. Y es ahí donde aparece la gran decisión que tiene que adoptar Alexis Tsipras: o mantener el status quo actual, es decir, someterse al dictamen de los mercados y, en consecuencia, no reestructurar su deuda, o dejar de pagar parte de la deuda y salir del euro, con las consecuencias nefastas que eso provocará en la economía griega. Es una decisión difícil: o el largo plazo, manteniéndose en el euro, o el corto plazo con la salida del euro.
Ya he manifestado muchas veces que no es conveniente salir del euro, que las consecuencias serían mucho peores a medio plazo. Pero en la actual situación de deuda es imposible hacer otra política.
Si salen del euro, a la moneda como tal no le pasará mucho: son apenas 200.000 millones de euros sobre un total de 10 billones. Habrá una depreciación más o menos intensa, pero lo podemos asumir. Ningún economista no griego pondrá objeciones a ello. E incluso puede que hasta nos venga bien.
El problema es de los griegos. La nueva situación obligará a hacer cosas nuevas. Una puede ser que la moneda nazca con un patrón: es decir, que la moneda no sea fiduciaria. Y eso es un corsé muy fuerte para las economías que impediría el incremento del gasto público planeado, luego no parece razonable.
La otra sería hacer nacer una moneda, pero establecer un sistema de tipos de cambio fijos. Con grandes ventajas para establecer la política de exportaciones, tendrían un serio problema a la hora de satisfacer sus deudas. Porque la paridad establecida es un baremo que se tiene que mantener a toda costa y para ello se necesitan reservas. No tendría sentido que se establezca un tipo de cambio y no se sea capaz de mantenerlo. Y eso afectaría a la capacidad de pago de la deuda.
La última, sería establecer una moneda con tipos de cambio flexibles. Es decir, estar en la misma situación que ahora. Tampoco parece una opción.
Como se decía antes, cuando uno entra en un banco donde tiene mil millones, le pondrán un café. Si debe mil millones, le invitarán a comer. Los griegos deben aprovechar esa ventaja, pero si al banco le dejas de pagar, se te complican mucho las cosas y probablemente te cobren todas las comidas juntas. Aunque seas un economista perplejo como yo.
¡FELIZ AÑO!
@juanignaciodeju
 

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