miércoles, 8 de julio de 2015

Y CON GRECIA ¿AHORA QUÉ HACEMOS?

Esa es la pregunta fundamental en este tema: ¿Ahora qué hacemos?

Porque la situación no puede ser más escabrosa. Los griegos dijeron NO a algo que no existía ya. Que había existido pero ya estaba caducado. Ese mandato, que hay que respetar pues es la opinión soberana de un pueblo expresada libremente en un referendum, sin embargo es de poca utilidad a no ser que le demos otra interpretación.

Porque podemos decir que lo que realmente han dicho los griegos es NO al euro. En consecuencia, no hay mucho que discutir. Nos devolvemos las cartas respectivas, los regalos mutuos y nos damos la mano como buenos vecinos. Ahora bien, olvidemos cobrar las deudas (evidentemente, el gobierno griego no pagaría lo que debe) pero los griegos entrarían en una dimensión desconocida que no sabemos dónde terminaría. Eso si, al menos tenemos claro que sería de proporciones apocalípticas para la población. Luego ya repartiremos las culpas.

Podemos decir también que los griegos a dicho NO  a la austeridad. Con eso estaríamos casi todos de acuerdo. Lo complicado es redirigir ahora el encargo, ya que tenemos un problema grave que se llama 180% del PIB griego, es decir, una barbaridad impagable. Si no se producen ahorros o incrementos de los ingresos por parte del gobierno será complicado que esto llegue a buen puerto. Porque el 180% del PIB a pagar en 20 años con 20 de cadencia, que es lo que pide el gobierno griego, al margen de una reducción de 30.000 millones y un nuevo tramo de 50.000 millones adicionales, implica que el gobierno griego deberá pagar, transcurridos esos 20 años de cadencia, un montante similar al 10% de su PIB durante 20 años adicionales. Y eso hablando en términos constantes y sin nuevo recurso a la deuda. Parece poco probable que se consiga sin nuevos ingresos (subidas de impuestos) o menos gastos. Luego la austeridad deberá seguir porque la cantidad es ya inabordable.

Podemos decir también que los griegos querían dar un espaldarazo a su gobierno. Lo cual es muy loable, pero deberían tener más información y leer mejor los informes que se han puesto de manifiesto durante esta semana de locos que acabamos de terminar. Porque el informe del FMI, ese que el gobierno griego ha sacado pecho, dice en roman paladino que el desastre de gestión de estos seis meses de gobierno ha ocasionado otros problemas adicionales, en particular que los bancos griegos se encuentran quebrados y con una deuda de 89.000 millones sólo al BCE por la facilidad de liquidez que en estos meses les ha dado. Luego habrá que pensar en un problema más 50.000 (del rescate del país) más 89.000 del rescate a la banca y menos 30.000 de quita que proponen. Es decir, un porcentaje de deuda muy por encima del 200% del PIB.

Porque aquí aparece el siguiente problema: la banca griega está quebrada y sólo puede funcionar con acceso a la liquidez que le presta el BCE. La solución es clara para aquellos que desprecian la economía: que el BCE le deje todo el dinero posible para funcionar, algo así como que imprima el dinero necesario para que todo siga funcionando. El problema es que eso no es posible por muchas razones, pero fundamentalmente porque los colaterales que estaba aportando la banca griega, es decir, las garantías de pago, era deuda del estado griego que, al no pagar al FMI, no puede ser admitida por parte del BCE. Un pequeño inconveniente que se agrava si metemos el factor tiempo: el día 20 de julio el estado griego debe pagar 3.500 millones al BCE. En fin, que el tiempo es un mal aliado del gobierno griego. En vez de haber estado ampliando plazos desde el mes de febrero debería haber pensado en los plazos para evitarse este problema adicional.

Y a todo esto, el gobierno griego ya se plantea satisfacer los salarios y la pensiones con un pagaré por, al menos, el 70% de su cuantía. Es decir, piensa en montar una moneda paralela. Lo que significa, automáticamente, una salida del euro de facto, aunque lo nieguen. Y, siguiendo el caso argentino, con idénticas proporciones, el PIB griego caería hasta un importe de 82.000 millones de euros, desde los más de 200.000 actuales.

Y las empresas griegas que no son turísticas están en pleno proceso de cierre porque desde hace una semana no pueden vender sus productos. Bancos quebrados, corralito, gobierno con necesidades urgentes de financiación, una población empobrecida al máximo y las empresas cerrando. Y se dan de plazo hasta el domingo para llegar a una solución. ¿Pero es que nadie piensa en la población griega?. Si estuviese en manos de este economista perplejo, les tenía negociando de forma ininterrumpida hasta que alcanzasen un acuerdo. Vayamos encargando el café.



@juanignaciodeju


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