martes, 29 de septiembre de 2015

ALGUNOS NUBARRONES SOBRE EL HORIZONTE

Cuando ya todo parecía sencillo y fácil, los organismos internacionales saltaban de alegría por nuestra evolución económica, el gobierno no paraba de introducir medidas en los presupuestos que va a aprobar predatados y estábamos viendo el futuro mas de color de rosa (algunos, que yo tengo las gafas sucias todavía y no puedo ver claro) aparecen algunos nubarrones oscuros sobre el horizonte.
En primer lugar, China. Algunos están muy preocupados con la evolución de la economía China. Hay razones en algún país, pero no de forma generalizada. Algunos ya están sufriendo las consecuencias, como es el caso de Brasil, que además no ha sido capaz de digerir convenientemente el exceso de obra pública en su territorio con motivo del Mundial de fútbol del año pasado y los Juegos Olímpicos del que viene. Veremos como se ajusta, pero puede resultar problemático para la población. En conexión geográfica Argentina también se encuentra en una situación parecida, aunque quien está sufriendo más son los proveedores de petróleo, con Venezuela a la cabeza. 
Y fuera del área sudamericana, Rusia se encuentra con un presupuesto mermado por los bajos precios del petróleo, que por otro lado están provocando una asfixia financiera a los grupos islamistas radicales. No en vano es ahora cuando la comunidad internacional parece estar dispuesta a hacer algo para acabar con ellos. Poderoso caballero es don dinero.
Pero ese impacto de China también se ve en los precios de los consumidores que tenemos en el primer mundo, de forma que aparece otra vez el fantasma de la deflación. Como digo siempre en mis clases, contra la inflación sabemos operar y buscarle soluciones, aunque nuestra experiencia con la deflación es realmente escasa y no muy efectiva. De momento, parece que la solución pasa por tener tipos de interés cercanos a cero durante largos periodos de tiempo y con vencimiento indefinido. El problema se llama trampa de la liquidez, aunque una subida de los tipos de interés en las actuales circunstancias sería devastador para una economía como la española que todavía no se ha terminado de desapalancar. Complicada decisión la que se le echa encima al Sr. Draghi. No me gustaría estar en su pellejo en ese momento.
Pero es que además se está produciendo una acumulación de dinero en algunas manos que hacen que los mercados de deuda carezcan de liquidez, con lo que son mercados prácticamente inexistentes. Eso implica que se acerca a pasos agigantados la trampa de la liquidez en el peor de los escenarios: cuando las políticas monetarias ya no tienen ninguna efectividad y las fiscales no son aplicables: podemos encontrarnos con un serio problema en los bancos, con una deflación generalizada y con una quiebra sistemática de las empresas. Unos tipos de interés cercanos a cero son buenos cuando incentivan la inversión, pero la deflación hace menos atractivos los negocios y, en consecuencia, las empresas terminan cerrando. 
Y encima, la evolución del capitalismo está llevando inexorablemente a una falta de regulación que hace que los agentes individuales primen por encima de los derechos colectivos. De forma que es más importante el beneficio y los dividendos que el bien común. Y en esa línea de desarrollo nos encontramos con las manipulaciones informáticas de las emisiones del Volkswagen o las estafas piramidales tan clásicas, aunque también la precariedad en el empleo y los demás cambios que se están produciendo en las relaciones económicas de los países. Ello, junto con la deflación, provocan que el principal motor de la salida definitiva de la crisis, que debería ser el consumo, en sociedades fuertemente endeudadas como la española, con contratos cada vez más temporales y salarios más bajos no puedan superar la situación en un plazo más o menos breve. De hecho, la mayoría de los estudios prevén que la economía española se ralentice el año 2'016 e inicie un descenso a partir de ese momento.
Se avecina un cambio en el paradigma económico de dimensiones poco exploradas y con consecuencias difícilmente manejables. Porque la sociedad no aguantaría una segunda recaída en la recesión. Lo que está claro es que ese cambio va a pasar o por una toma de conciencia de los consumidores  en la colaboración y el poder que en conjunto tienen o por una polarización excesiva de la economía con consecuencias dramáticas para una gran parte de la población. Y eso pasará por una reformulación de relaciones económicas a nivel de personas, países, regiones e incluso religiones. En el siglo XIX ese cambio provocó el nacimiento del marxismo, en el XX la economía del bienestar por la aparición de Keynes, y ahora no sabemos muy bien qué va a pasar ni quién será el teórico que lo lidere. Al menos una cosa está clara, este economista perplejo no parece el más indicado para ello.


@juanignaciodeju

miércoles, 9 de septiembre de 2015

'EL PLAN B ES LA SALIDA DE LA UE'

Ahora se está poniendo de moda cuestionar la pertenencia de los estados a la UE como forma de evitar los elementos más problemáticos de pertenecer a una zona económica común. Lo he escuchado ya a varios ‘responsables’ políticos. Syriza tenía como opción B a la austeridad abandonar el euro; Pablo Iglesias lo ha insinuado; algunos miembros de las nuevas formaciones también lo hacen. Parece que puede ser hasta positivo. Incluso en Catalunya se argumenta que una salida de la UE por declararse independientes no sería traumática.
¿Qué nos aporta la UE? Dejando de lado a Merkel y a la burocracia, podemos hacer un pequeño análisis, sin duda incompleto e inexacto, de lo que hemos obtenido por pertenecer a ese club privilegiado.

LIBRE CIRCULACION DE MERCANCIAS

La UE, en su origen, era un intento de crear mercados sin trabas a la exportación, dado que lo que se pretendía era provocar el desarrollo económico de los pueblos que estaban, obviamente, irremediablemente conectados por cultura, comercio e incluso guerras. Esa realidad se plasmó en los primeros tratados que fomentaban la desaparición de cualquier traba a los productos de los países miembros.
Igualmente, desde ese concepto, se empezó a regular algunos mercados. Por ejemplo, la Política Agraria Común, con el objetivo de garantizar un ingreso mínimo a los agricultores mediante el control de la oferta y la demanda. Podemos estar más o menos de acuerdo con el mecanismo, pero el campo europeo sufrió una gran transformación gracias a ella.
Y la desaparición de las fronteras en términos de mercancías provocó las ventajas de algunos países con respecto a otros y la localización de nuevas empresas en sus territorios: si tengo acceso a la misma tecnología, parecida formación de los trabajadores y costes más adecuados, obviamente me traslado a ese país. TOYOTA, VW, NISSAN, etc son ejemplos de empresas que se establecieron en España cuando entró en la UE.

LIBRE CIRCULACION DE PERSONAS

Paso siguiente en el desarrollo fue la libre circulación de personas. La desaparición física de las fronteras interiores. Eso de levantarte y viajar a cualquier país de la UE sin necesidad de pasaporte ni visado ni nada por el estilo. En consecuencia, con ello se ha desarrollado algo tan vital como el talento, aunque en este caso la barrera idiomática es un handicap complicado de solventar.

EURO

Como desarrollo obvio, la aparición de una moneda única común, con todas sus ineficiencias y  sus debilidades, que permitiera la adquisición de las mercancías, el pago de las pensiones y los salarios, los precios, etc en una unidad de cuenta común. Y el euro tiene muchas ineficiencias y muchos problemas de construcción, pero el paso está dado y es un avance increíble en nuestras vidas. Puede que los más jóvenes no hayan pensado en ello, pero los que ya tenemos una edad estamos plenamente convencidos de este avance. Y no queremos renunciar a él.

LEGISLACIÓN

Y algo poco conocido que la gente todavía no se ha enterado: la UE ha traído a nuestras vidas legislación que debemos adoptar y que posibilita un cuerpo legislativo propio de la UE. Ese esfuerzo implica, aproximadamente, un 70% de las leyes que se aprueban en España todos los años. Es decir, el margen de actuación de nuestros gobiernos es más bien escaso. Y la mayoría de las leyes que aprobamos en nuestros países proviene de Europa.

Todo ello en su conjunto ha provocado un desarrollo económico nunca visto antes en nuestros países. Sólo hay que comparar la evolución que hemos tenido desde principios de los años ochenta del siglo pasado y compararlo con esa misma evolución en periodos iguales del pasado. Nada que ver.
La pregunta que debemos hacernos es si estamos dispuestos a renunciar a todo eso que nos aportan la UE. Si queremos renunciar a un mercado de 300 millones de consumidores; a una moneda soportada por 200 millones de personas; a una estabilidad democrática nunca antes obtenida; a los viajes por Europa sin tener que pedir visado; al capital europeo de la empresa donde trabajamos; a los productos que consumimos en la actualidad.
Creo que es un debate estéril: nadie quiere realmente abandonar Europa. Si, tenemos a Merkel y su mantra de la austeridad, pero el resto de cosas compensa con creces ese problema. Sin duda, abandonar eso crearía un agujero considerable en nuestras vidas y en nuestra economía. Al menos, este economista perplejo no quiere perder ese mercado que representa el 70% de nuestro comercio exterior.


@juanignaciodeju