miércoles, 9 de septiembre de 2015

'EL PLAN B ES LA SALIDA DE LA UE'

Ahora se está poniendo de moda cuestionar la pertenencia de los estados a la UE como forma de evitar los elementos más problemáticos de pertenecer a una zona económica común. Lo he escuchado ya a varios ‘responsables’ políticos. Syriza tenía como opción B a la austeridad abandonar el euro; Pablo Iglesias lo ha insinuado; algunos miembros de las nuevas formaciones también lo hacen. Parece que puede ser hasta positivo. Incluso en Catalunya se argumenta que una salida de la UE por declararse independientes no sería traumática.
¿Qué nos aporta la UE? Dejando de lado a Merkel y a la burocracia, podemos hacer un pequeño análisis, sin duda incompleto e inexacto, de lo que hemos obtenido por pertenecer a ese club privilegiado.

LIBRE CIRCULACION DE MERCANCIAS

La UE, en su origen, era un intento de crear mercados sin trabas a la exportación, dado que lo que se pretendía era provocar el desarrollo económico de los pueblos que estaban, obviamente, irremediablemente conectados por cultura, comercio e incluso guerras. Esa realidad se plasmó en los primeros tratados que fomentaban la desaparición de cualquier traba a los productos de los países miembros.
Igualmente, desde ese concepto, se empezó a regular algunos mercados. Por ejemplo, la Política Agraria Común, con el objetivo de garantizar un ingreso mínimo a los agricultores mediante el control de la oferta y la demanda. Podemos estar más o menos de acuerdo con el mecanismo, pero el campo europeo sufrió una gran transformación gracias a ella.
Y la desaparición de las fronteras en términos de mercancías provocó las ventajas de algunos países con respecto a otros y la localización de nuevas empresas en sus territorios: si tengo acceso a la misma tecnología, parecida formación de los trabajadores y costes más adecuados, obviamente me traslado a ese país. TOYOTA, VW, NISSAN, etc son ejemplos de empresas que se establecieron en España cuando entró en la UE.

LIBRE CIRCULACION DE PERSONAS

Paso siguiente en el desarrollo fue la libre circulación de personas. La desaparición física de las fronteras interiores. Eso de levantarte y viajar a cualquier país de la UE sin necesidad de pasaporte ni visado ni nada por el estilo. En consecuencia, con ello se ha desarrollado algo tan vital como el talento, aunque en este caso la barrera idiomática es un handicap complicado de solventar.

EURO

Como desarrollo obvio, la aparición de una moneda única común, con todas sus ineficiencias y  sus debilidades, que permitiera la adquisición de las mercancías, el pago de las pensiones y los salarios, los precios, etc en una unidad de cuenta común. Y el euro tiene muchas ineficiencias y muchos problemas de construcción, pero el paso está dado y es un avance increíble en nuestras vidas. Puede que los más jóvenes no hayan pensado en ello, pero los que ya tenemos una edad estamos plenamente convencidos de este avance. Y no queremos renunciar a él.

LEGISLACIÓN

Y algo poco conocido que la gente todavía no se ha enterado: la UE ha traído a nuestras vidas legislación que debemos adoptar y que posibilita un cuerpo legislativo propio de la UE. Ese esfuerzo implica, aproximadamente, un 70% de las leyes que se aprueban en España todos los años. Es decir, el margen de actuación de nuestros gobiernos es más bien escaso. Y la mayoría de las leyes que aprobamos en nuestros países proviene de Europa.

Todo ello en su conjunto ha provocado un desarrollo económico nunca visto antes en nuestros países. Sólo hay que comparar la evolución que hemos tenido desde principios de los años ochenta del siglo pasado y compararlo con esa misma evolución en periodos iguales del pasado. Nada que ver.
La pregunta que debemos hacernos es si estamos dispuestos a renunciar a todo eso que nos aportan la UE. Si queremos renunciar a un mercado de 300 millones de consumidores; a una moneda soportada por 200 millones de personas; a una estabilidad democrática nunca antes obtenida; a los viajes por Europa sin tener que pedir visado; al capital europeo de la empresa donde trabajamos; a los productos que consumimos en la actualidad.
Creo que es un debate estéril: nadie quiere realmente abandonar Europa. Si, tenemos a Merkel y su mantra de la austeridad, pero el resto de cosas compensa con creces ese problema. Sin duda, abandonar eso crearía un agujero considerable en nuestras vidas y en nuestra economía. Al menos, este economista perplejo no quiere perder ese mercado que representa el 70% de nuestro comercio exterior.


@juanignaciodeju

No hay comentarios:

Publicar un comentario