miércoles, 12 de diciembre de 2018

LO QUE HEMOS PERDIDO (Y DEBEREMOS RECUPERAR)

Vuelvo a meterme por aquí a contar las miserias que veo y a evacuar mis frustraciones con el objetivo de ahorrarme la pasta en psicólogos. Es un buen método de controlar la verborrea mental y así no tener problemas.
El caso es que pensando en la actualidad me he asustado razonablemente: tenemos a Trump, Bolsonaro, Salvini, Le Pen, Nigel Farage, VOX, Torra, Puigdemont, Casado, Abascal, Maduro, Iglesias, Putin, Kurz ...
No sigo porque me deprimo. El caso es que tanta gente de extracto antisistema en entornos tan distintos y con sociedades diferentes, alcanzan situaciones similares con discursos simples. Eso me da qué pensar, y la conclusión que obtengo es que algo hemos tenido que hacer para que las minorías tan extremas se encuentren alcanzando altas cotas de poder.  Y en ese algo he encontrado un punto de conexión que debemos mirar, y es la desaparición de la clase media.
La clase media, ese conjunto social donde nos encuadramos casi todos, era un constructo ideológico que pretendía encuadrar a la mayoría de la sociedad con un objetivo común: ascender socialmente y alcanzar mejoras en la vida. El caso más gráfico de la clase media en España lo representa el personaje de Antonio Alcántara en la serie 'Cuéntame cómo pasó'. Un hombre venido del pueblo manchego en la posguerra  a Madrid para trabajar de conserje y cómo, paso a paso, va ascendiendo en la escala social hasta alcanzar el sumum: vivir en el barrio de Salamanca con criada. Luego cayó, fruto de los desmanes de la clase media que, en su intento de ascender, se dejó engañar por los productos financieros que no eran capaces de conocer y controlar.
Esa clase media era defendida por diversas instituciones que hemos ido laminando como consecuencia de ser declaradas 'instituciones obsoletas o caducas'. La primera de ellas eran los sindicatos de clase. Organizaciones que se encargaban de asegurar que el ascensor social seguía funcionando y que la gente iba a ser capaz de apuntarse al ascenso y vivir mejor. Claro que nos llenaban las calles de huelgas y liberados sindicales que sólo protestaban. Y es por ello que decidimos acabar con esa situación. Los actuales sindicatos de grupo, aquellos que se centran en las profesiones, no son capaces de mejorar la vida de las personas más allá de su grupo. La primera que hizo alarde se esta política fue Margaret Tacher. A ella le debemos la primera piedra.
La segunda institución que hemos dejado caer son los impuesto progresivos. Eran la garantía de que cada uno de nosotros contribuíamos adecuadamente al sostenimiento de los gastos del estado. Nos sentíamos partícipes del estado y pagábamos según nuestra renta. Pero llegaron los que propugnaban por 'simplificar' la gestión y acabaron con los tramos y los redujeron a tres o cuatro. De forma que, al final, casi todos pagamos lo mismo. Sucesivas reformas impositivas han ido reduciendo la progresividad a costa, claro está, de la clase media. La última idea que se asoma en el horizonte es el tipo único. Esperemos que no llegue nunca. 
Hubo reducciones del estado de bienestar, que también generaba un cierto sostenimiento de la clase media. Las subvenciones y las ayudas que se daban o se planteaban para la clase media dejaron de existir y se centraron casi exclusivamente en los más necesitados, por aquello de que 'había que ahorrar para poder bajar los impuestos'. Y, claro, la clase media se quedó sin ayudas. 
Se demonizaron otras dos instituciones claves para la clase media: la Sanidad y la Educación. Se priorizaron las situaciones semiprivatizadas, tales como los conciertos educativos y la gestión económica de la Sanidad. Los primeros hicieron que la educación pública quedara relegada y que los que podían pagar fueran a la escuela concertada que obtenía fondos del estado y, lejos de la gratuidad, cobraba vía fundaciones a los ciudadanos. La escuela pública quedó para los marginales y los inmigrantes, en un intento de rebajar su nivel y prestigio. Sólo los trabajadores la mantienen en pie y gracias a ellos podemos seguir confiando en ella. La sanidad empezó a empeorar por la vía de la gestión. ¡Cuánto daño hacemos los economistas en algunas ocasiones!. Al final, esas garantías de sostenimiento de las clases medias, la Sanidad y la Educación, fueron parcelándose siendo los damnificados, como no, las clases medias.
Y por último, las pensiones. Esa garantía que teníamos los de la clase media de que cuando fuéramos mayores podríamos vivir casi igual que cuando trabajábamos. Pero nos dijeron que el pastel no llegaba y que, lógicamente, o teníamos dinero ahorrado o no podríamos vivir cuando nos jubiláramos. Y en esas estamos: viendo qué plan de pensiones me tengo que hacer.
En definitiva, que todo lo que hemos ido haciendo en el pasado han generado un caldo de cultivo para que alguien con poca imaginación pero mucha demagogia pueda decir a los sufridos integrantes de la clase media que ellos van a solucionar nuestros problemas y, en consecuencia, que les votemos. Y muchos de nosotros les hacemos caso y ahí están los resultados. Nos dicen que los emigrantes nos quitan el empleo, cuando es mentira, lo generan; nos dicen que los otros son los malos, cuando son ellos los que nos están laminando; se arrogan la solidaridad cuando sólo quieren incrementar las diferencias. Ya no se si estoy perplejo o simplemente asustado. Pero creo que debemos esforzarnos por recuperar la clase media de forma inmediata y para ello deberíamos empezar por recuperar las instituciones que hemos ido laminando. Aunque me temo que no lo haremos y seguiré estando asustado. ¡¡No, si al final tengo que cambiar el nombre del blog!!. O eso, o volver a Marte.


@juanignaciodeju

lunes, 16 de julio de 2018

UNA PROPUESTA FISCAL PARA LA UNIÓN EUROPEA

Últimamente me he puesto estupendo, de forma que ahora me voy a permitir proporcionar una propuesta para la UE que estaba pensando ayer en la ducha. Las mejores ideas siempre surgen en los momentos de mayor relajación, cuando la mente se puede ir de un lado a otro y divagar sin complicaciones. En fin, dejémonos de filosofía barata.
Pensando, como digo, en la ducha se me ocurrió algo: dado que soy un firme defensor de la Unión Europea, hasta el punto de pensar que si no existieran los estados que la forman la vida nos iría mucho mejor, y viendo que la unificación  es cada vez más complicada por falta de voluntad política, pensé que la mejor manera de avanzar en la UE consiste en unificar aquello que más nos condiciona, los impuestos. Pero claro, va a ser difícil imponer impuestos a los ciudadanos de forma generalizada, con lo que habría que empezar por aquello que siempre nos ha unido, las empresas. De momento, todo lo que ha unido a Europa viene de la mano del mercado y la economía,. Por lo tanto, por ahí debemos empezar.
El esquema que voy a proponer es uno. Ni mejor ni peor que cualquier otro. Simplemente una ocurrencia de un Economista Perplejo. Si sirve para algo, bienvenido sea. Si no, pues sólo he gastado mi tiempo y el vuestro. Por el mio no os preocupéis. Por el vuestro, vosotros sabréis.

Un Impuesto general sobre la renta de los individuos.

Será el principal impuesto del sistema tributario europeo y de diseño e implementación propios de cada país. En ese tema, la Unión Europea no debe entrar, de momento. Europa deberá armonizar, eso si, los conceptos que sean objeto de gravamen de forma que, al menos, en todos los países europeos se cobren impuestos a los ciudadanos por conceptos similares. Pero los tipos, las deducciones, y demás elementos de gestión del impuesto deberá ser propia de cada país.

Un impuesto general sobre las compras.

El IVA deberá ser el principal impuesto indirecto de la Unión Europea. Además, habrá que potenciar su capacidad recaudatoria con una gestión más fácil y, eso si, intentando una mayor progresividad, con el fin de eliminar la falta de equidad que tienen los impuesto indirectos. Para ello sería deseable el establecimiento de un tipo más elevado para determinadas actividades que podemos considerar de mayor capacidad de gasto. Deberá establecerse una lista única de ese tipo de actividades y luego serán los gobiernos nacionales quienes establecerán los demás elementos de gestión, incluidos los tipos impositivos.

Un impuesto sobre los beneficios de las empresas

Piedra angular de este proyecto, la UE deberá establecer un  impuesto sobre los beneficios de las sociedades único, con la misma legislación en todo el territorio y las mismas reglas de gestión, de forma que el espacio único europeo en materia económica sea también el espacio único europeo en materia fiscal. De esta forma acabaríamos con los paraísos fiscales intraeuropeos y con el dumping fiscal que en algún momento se ha provocado.

Además, la unificación sería ventajosa en el resto de las materias económicas, dado que el interés por la ubicación de las sedes de las empresas dejaría de tener causas fiscales y la competencia dentro de la unión se establecería por otras causas. Además implicaría que los países deberían hacer esfuerzos en la eficiencia de sus empresas para poder atraerlas.

Unos impuestos medioambientales

Entendiendo por ellos impuestos que gravarían las transacciones energéticas, es decir, gasolinas, gasóleos y electricidad en cualquiera de sus ramas. Serían impuestos gestionados por cada país, es decir, toda la gestión y la legislación serían propias de cada país, únicamente existiría una obligación de establecimiento por parte de los estados.

Un impuesto sobre las transacciones financieras

La vieja idea de la famosa tasa Tobin, pero adaptada al actual mercado de capitales que tenemos encima. También sería un impuesto de desarrollo y gestión europeo y obligatorio. Además, la recaudación del mismo sería de obligada transferencia a la Comisión para cubrir las posibles contingencias financieras. De esta forma, ya tendríamos una manera de crear un fundo europeo para los rescates bancarios, mantener la garantía de los depósitos y pagar las futuras crisis financieras y la compra de deuda que, con seguridad, tendremos que hacer en el futuro. Al hacerlo de carácter y exacción europeas le quitamos el componente de desincentivo nacional que se le podría proporcionar y quedaría todo el continente unido por el mismo sistema.

Los países podrían fijar cualquier otro tipo de impuesto que sería de responsabilidad y gestión propia.

Con esto tendríamos ya una base para continuar en la integración, que ya iría avanzando  en el resto de aspectos. 

Es únicamente una propuesta de un economista perplejo, una proposición que nadie va a tener en cuenta y que me ha servido para perder un ratito de mi vida. Al fin y al cabo, es imposible que los dirigentes europeos la lleven a cabo, por lo que lo único que he hecho es divertirme un poco y entretener mi mente perpleja y sin barreras. Vamos, como Schengen: perplejo y sin barreras.



@juanignaciodeju

miércoles, 11 de julio de 2018

LA VIEJA IDEA DEL PROTECCIONISMO

Insisto en criticar a Donald Trump. Si, dicho así, sin ninguna censura. Me parece un político pernicioso para el mundo, un personaje fatídico para la economía y un producto mal ejecutado del peor conservadurismo. Probablemente me censure la CIA o me impidan viajar a Estados Unidos a partir de ahora. No creo que me inviten nunca a ir, así que me conformaré. Pero no puedo dejar de hacerlo.
Porque se empeña en estar supeditado a la opinión y actuación de reyezuelos hiperconservadores. No es de recibo que la política occidental tenga que estar más cercana a las decisiones de un  'demócrata de nuevo cuño' como es Putin. No me parece razonable que tengamos que poner en cuestión nuestros valores ni nuestras convicciones. Luchamos durante años contra el fascismo, unos vencieron con las armas; a otros nos costó más y fue el paso del tiempo quien le venció; criticamos a dictadores de latinoamérica por su marcado carácter populista porque son nuevos fascismos encubiertos. Y de eso nadie nos tiene que dar lecciones.
Igualmente tenemos que empezar a comprender que el mundo es uno; que hay que compartirlo con los restantes 10.000 millones de habitantes y que no podemos ser tan excluyentes. Porque nos dan miedo los diferentes, especialmente los de religión islámica, pero menos si vienen a nuestros hoteles y se gastan 1.000 euros la noche; nos dan miedo los de raza negra, pero menos si juegan al baloncesto o al fútbol y cobran ingentes cantidades de dinero, al margen de ganar partidos para nuestros equipos; nos dan miedo los asiáticos, pero menos si invierten ingentes cantidades de dinero en las empresas en las que trabajamos y así nos pueden subir el sueldo. No nos da miedo la diferencia, nos da miedo la pobreza. Y es por ello que aquellos que son racistas, no lo son por la diferencia en la piel o la religión, lo son por la diferencia en la cuenta corriente.
En fin, que me voy por las ramas. Toda la política económica basada en el proteccionismo está fundamentada en el racismo. El famoso 'american first' que casi se está convirtiendo en el 'american alone' va a ser especialmente perjudicial para los americanos. Y por ello creo que debemos volver a los orígenes de esto que llamamos ciencia económica y volver a explicar conceptos básicos para que aquellos que están encantados con el proteccionismo que desarrolla este individuo puedan comprender que no es que sea malo porque somos todos muy liberales, es que es de todo punto ineficaz, ineficiente y hasta contraproducente. Pero bueno, será que soy un viejo loco.
Para ver por qué, voy a explicar dos conceptos básicos en economía y que vienen del siglo XVIII, cuando aún no habían emergido ideologías extremas. Me refiero a los conceptos de COSTE DE OPORTUNIDAD y de VENTAJA COMPARATIVA.
Vamos, aprovéchense que las clases de hoy son gratis.
El COSTE DE OPORTUNIDAD lo definimos en economía como el valor de la mejor alternativa perdida. No nos importa el coste de los que hacemos, que puede ser alto o bajo, si no lo que dejamos de hacer por dedicarnos a algo. Por ejemplo, el coste de estudiar una carrera universitaria no es el valor de la matrícula y sus créditos, es el valor de no trabajar. Y eso es lo que tenemos que valorar a la hora de hablar de costes. Evidentemente, producir una determinada mercancía en un país, dado que los recursos son escasos (y tienen la maldita cualidad de poder ser usados en varias cosas) implica dejar de producir otras, y ese es el coste de oportunidad.
El segundo concepto es de la Teoría de la VENTAJA COMPARATIVA, desarrollada por el pernicioso economista izquierdista y colectivista llamado David Ricardo en el siglo XIX en contestación a la teoría de la VENTAJA ABSOLUTA de Adam Smith. Según Smith, los países se especializaban en lo que les costaba menos producir, con lo que un país produciría solo bienes en los que siempre resultaría más barato. Sin embargo, según Ricardo, los países se especializan en producir aquellos productos en los que los costes son menores en términos comparativos. Es decir, que un país producirá aquellos bienes en los que tiene un menor coste de oportunidad, aunque tenga mayores costes absolutos. Y eso es así porque el comercio entre los países hará que el bienestar global aumente.
Bueno, amigo Donald. Según esto los aranceles no mejoran la posición de los americanos, es más, la empeoran. No es por insistir, pero la vieja idea de que protegiendo mis empresas mis ciudadanos mejorarán su nivel de vida es falsa. Aplique usted la teoría de la ventaja comparativa, haga caso a los clásicos como Ricardo y deje de jugar al 'strategos' con el mundo, que nos ha costado mucho llegar a donde estamos.
Ya no puedo hacer más. Hasta doy clases gratis y ni siquiera exijo derechos de autor. Y este post  sirve para todos, incluidos aquellos que opinan que los tratados de libre comercio deben desaparecer. Luego diréis que no hago nada por cambiar el mundo; yo lo intento, pero no me hacen caso. En fin, me tendré que conformar con estar permanentemente en estado de estupefacción, y eso sin recurrir a los estupefacientes, cosa que otros no pueden decir. Venga, que para la próxima clase introduciremos otros conceptos.


@juanignaciodeju

P.D. ¿Por qué los que han subido TODOS y cada uno de los impuestos que pagamos los ciudadanos se quejan de que se establezcan impuestos a las tecnológicas y bancos, que normalmente pagan muy pocos impuestos en este país? No valoro la efectividad de los mismo, que será nula o cercana a la nulidad. Cuestiono el concepto.

miércoles, 20 de junio de 2018

PERPLEJO

Ando estos días un poco perdido por cómo evolucionan las cosas. Y eso implica que no soy capaz de concentrarme en nada, salvo intentar salir de mi estado y procurar una mejor vida y un encaje más sencillo en la sociedad. Pero no hay manera, y paseo por las calles cabizbajo y pensativo, intentando encontrar un punto al que agarrarme para superar mi estado. Pero ahí sigo y, en consecuencia, los días van pasando y las situaciones prolongándose en el tiempo. Y hay reacciones que provocan que el estado de perplejidad aumente, y los nubarrones se hagan más oscuros. Y si, no es razonable que en el Mundial de Rusia los equipos estén fallando tanto y haya selecciones inicialmente favoritas que estén, a estas alturas, tan mal. Pero oiga, esto es fútbol y como tal hay que tomarlo.
Pero mi estado no se debe al hecho de que Alemania haya perdido con  México, ni a que Japón ganase a Colombia. No. Mi estado se debe a que un tipo tan poco razonable como Donald Trump ocupe un puesto de tanta responsabilidad en el mundo y nadie pueda hacer nada por cambiarlo.
Porque ya no es que abandone todos los foros multilaterales del mundo, incluso cuando se dedican a la protección de la infancia a la que, por cierto, él tampoco protege. Eso lo teníamos descontado desde hacía tiempo. Ni que abandone un tratado de control de los desarrollos nucleares con Irán y firme otro, similar, con una dictadura de las más oscuras del mundo como es Corea del Norte. Ni el blanqueo de su líder, que ya es mucho hacer por la paz mundial dar carta de naturaleza a un dictador que es capaz de asesinar hasta sus familiares para mantenerse en el poder. Mi perplejidad surge porque este individuo está convirtiendo al sistema económico y financiero mundial en un polvorín que cuando estalle nos va a provocar un serio problema a todos. 
Lo digo porque no contento con enemistarse con sus vecinos más cercanos, como México con el tema del muro y los aranceles a los productos que se importan desde allí, básicamente automóviles y esas cosas; o Canadá, con los aranceles que les ha puesto -no son enemigos graves, son vecinos a los que mantener a raya. También se ha enemistado con Europa poniéndole aranceles al acero y demás productos: al fin y al cabo es el competidor más importante que tiene. El gran problema de este individuo es que se está enemistando, vía aranceles y demás, con China. 
Podemos estar de acuerdo en que China usa su política cambiaria como arma para aumentar sus exportaciones, lo que le ocasiona una ingente cantidad de divisas que usa convenientemente. Y que esa circunstancia ha sido puesta en cuestión hasta por el propio FMI. Que China debe revaluar el Yuan es algo evidente; que eso generaría una mejoría económica en el resto del mundo, también.
El problema es qué hace China con sus excedentes de divisas. Normalmente compra deuda, fundamentalmente americana. Por lo tanto, que pongamos aranceles a los productos chinos implicará que ellos se replanteen la adquisición de la deuda y eso implique que la ingente cantidad de deuda que hay en el mundo tenga un difícil encaje y, en consecuencia, que suban los costes de colocación y los rendimientos y eso provoque, en definitiva, una crisis de deuda que difícilmente podremos manejar. Si eso sucede, podríamos estar en una situación más compleja incluso que en el año 2007.
Por eso es urgente que se hagan, desde este nuestro pequeño mundo, una de las dos siguientes cosas: o bien mutualizar nuestra deuda (se entiende que la europea) vía la emisión de bonos a nivel europeo, lo que es complicado por la resistencia de los monetaristas alemanes; o bien hacer una quita de la deuda general con el fin de generar capacidad de endeudamiento futuro para estar preparados ante la eventualidad que se puede generar, lo cual es del todo punto imposible, pues pondríamos al BCE en estado catatónico.
Estoy convencido que no se hará ninguna de las dos, aunque si se van a dar pasos importantes hacia el futuro con los acuerdos entre Merkel y Macron de ayer mismo. Pero son aun tímidos e insuficientes. Sólo quedará el mantenimiento de políticas de compra de deuda como la actual, aunque el margen de maniobra será cada vez más escaso. 
No se si podré salir de mi estado algún día. Me temo que no, que deberé seguir estando perplejo hasta el fin de los días porque siempre habrá alguien que defienda ideas caducas e ineficaces con tal de ganar unas elecciones. Me volví de Marte pensando que las cosas iban a mejorar, pero me encuentro con que seguimos igual o peor, y encima mirando el flequillo del dueño del mundo sin hacer nada por cambiarle. Y yo creo que es eso lo que no le deja pensar. No se, puede que algún día le recomiende un peluquero. ¿Aceptará?




@juanignaciodeju

jueves, 10 de mayo de 2018

POR QUÉ HAY QUE TENER PRECAUCIÓN CON LA SUBIDA DEL PETROLEO

Pues ya está aquí, de camino, una de las consecuencias de las malas decisiones que se han tomado en los últimos meses (o años) en el mundo. Elegir a Trump fue malo, muy malo, y las consecuencias las vamos a empezar a notar.
Porque el presidente Trump ha tomado la decisión de abandonar un pacto multilateral más. Si ya era un error abandonar el pacto de París, ahora va y abandona el acuerdo de la desnuclearización de Irán. 
Abandonar el acuerdo de París es malo para todos. Lo que pasa es que nosotros no lo notaremos en exceso. Los efectos se van a manifestar dentro de 50 o 60 años y la mayoría de los que ahora leemos este humilde blog estaremos ya sin enterarnos de nada. Por lo tanto, es una decisión perjudicial para todos, tremendamente equivocada, que deberíamos revertir en el menor plazo posible, que todo el mundo debería presionar para que se volviera al pacto, pero que a un político, con un horizonte de vida profesional máximo de 8 años, le trae sin cuidado. Y a la ciudadanía, que sólo está pendiente de cuánto gano y cuánto pago, de si cobraré mi pensión en el futuro y de cómo llegar a fin de mes, también. Ese es el gran problema, que las decisiones en el campo del medio ambiente son a largo plazo, y la empatía es algo que no se estira entre la gente. Yo pienso en el futuro y me preocupa los que está pasando, pero he comprobado que soy una minoría.
El otro pacto multilateral abandonado por el todopoderoso presidente de los EE.UU. es el de Irán. Y no conozco las razones, aunque pueden ser perfectamente válidas. Sin embargo, las cosas pueden ser mucho peores de lo que nos imaginamos.
Alguien comentó una vez que la tercera guerra mundial empezaría en Oriente Medio. Y parece que no le faltará razón. Como no tengo ni idea de geoestrategia no opinaré, pero parece que por ahí van los tiros. Aunque la guerra moderna no se parezca en nada a las antiguas.
Pero lo verdaderamente preocupante se vislumbra en las consecuencias económicas del problema. El abandono del pacto ha provocado inmediatamente la subida del precio del petróleo, estabilizado en torno a los niveles de equilibrio del mercado y que provocaban un buen funcionamiento de la economía, pero que la última semana se han disparado más de un 15%. No se va a producir una nueva crisis del petróleo, en  eso podemos estar tranquilos, sino un problema diferente. La economía ya no es tan dependiente de esa materia prima y, por lo tanto, no va a provocar un problema estructural como en los años 70. Pero si va a encontrar un montón de gasolina esperando a prender.
Porque el exceso de liquidez que los bancos centrales han puesto en el mercado para paliar los problemas de la crisis son la gasolina ideal para que prenda la chispa de la subida de precios del petróleo y se convierta en inflación que provoque distorsiones en los estados, además más endeudados de los recomendable y, por lo tanto, con mínima capacidad de actuación. Ambas situaciones son imposibles de frenar en este momento: la mayoría de las economías son dependientes de la liquidez de los bancos centrales y los gobiernos están hiperendeudados y no pueden reducir ese endeudamiento a corto plazo. Y los ciudadanos nos empezamos a desperezar y volvemos a solicitar créditos. Vamos, que volvemos a vivir por encima de nuestras posibilidades, como diría M. Rajoy. 
Volvemos al punto de partida de este juego de la economía y sus crisis. Eso servirá para que teóricos de los ciclos expresen sus teorías de los ciclos cortos y los ciclos largos de Kondratieff. Eso no es importante. Lo verdaderamente importante es que algunos se dejaron convencer por un peligro para la humanidad llamado Donald Trump. Que además tiene que tapar sus escándalos particulares. ¿Alguien conoce su teléfono para darle alguna idea que nos permita salir de esto con bien?



@juanignaciodeju

martes, 3 de abril de 2018

PRESUPUESTOS BAJO EL SÍNDROME DEL POPULISMO

Hoy se presentan los presupuestos, definidos por su elaborador máximo como los de los pensionistas, las clases medias tirando hacia abajo y los funcionarios. Es decir, que benefician a una cantidad ingente de posibles votantes. Incluso van más allá de lo planteado por sus socios, sobre todo en lo de revalorizar algunas pensiones.
Bien. Todo muy social, como dirán desde luego sus autores. Y presionarán a los del PSOE para que los apoyen, "no nos dejéis en manos de los separatistas del PNV que condicionan su apoyo a que haya gobierno en Catalunya", andan ya diciendo. Incluso proponen fórmulas imaginativas: haz un sorteo entre tus parlamentarios y me cedes a cinco. Vamos, todo muy democrático.
Vayamos por partes. Antes de analizar siquiera los presupuestos, los ciudadanos deberíamos preguntarnos si merece la pena seguir por el camino marcado por el gobierno del estado. Para mi, la respuesta es muy clara: NO
NO porque de los anteriores presupuesto, de los cuales han tenido tiempo más que de sobra para ejecutar sin más problemas, resulta que han dejado de gastar 2 de cada 3 euros presupuestados para I+D+i, es decir, que lo de modernizar la economía y pensar en la situación en las próximas décadas no está en el ADN del gobierno, del 'extraordinario' ministro que está de jubilación dorada en el BCE. Parece poco recomendable mantener esa línea de actuación un sólo ejercicio más.
NO porque mientras condena a la miseria a los pensionistas más desfavorecidos y que requieren de la solidaridad de los demás, riega con dinero público negocios privados. Y no me refiero a que suban las pensiones con el IPC, sobre lo que ya me he manifestado, sino a la obligación legal que tenía el gobierno en incrementar la base reguladora de la pensión de viudedad hasta el 60% y que ha omitido por pura conveniencia política. Ahora propone subirla hasta el 55%, pero quedan aun 5 puntos que no sube.
NO porque mantienen una situación de riesgo para nuestro sistema de pensiones futuras, no las presentes que nadie podrá quitar, al no modificar la reforma laboral que introdujo con la bajada de salarios tan brutal que ha producido. Y alguien me dirá que no es cierto, pero hay una evidencia que es el peso de las rentas del trabajo sobre el PIB: en diez años hemos pasado del 49% al 47%. Y ese porcentaje lo han ganado las rentas empresariales. Con salarios cada vez más bajos y sin capacidad de negociación por la reforma laboral, parece claro que el sistema de pensiones colapsará.
NO porque perpetúan la situación de precariedad de las familias, que tienen que deshacerse de sus ahorros para poder mantener el nivel de vida. La tasa de ahorro de la economía española continúa cayendo sin que nadie ponga remedio al tema, con un mísero 5,7% de la renta bruta. Un nivel excesivamente bajo para las necesidades de la economía española. Cuando volvamos a tener un problema de inversión extranjera excesiva nos preguntaremos qué hemos hecho mal.
En definitiva lo que necesita este país es un gobierno que haga leyes que cambien la realidad económica y mejoren la situación de los ciudadanos, no que mantenga la situación mejorando la situación de Ciudadanos. En fin, me temo que nadie me hará caso y, como siempre, seré un  cero a la izquierda. Por lo menos me puedo desahogar por aquí. Que algo es algo.



@juanignaciodeju

miércoles, 28 de febrero de 2018

Y LOS PENSIONISTAS SE ECHARON A LA CALLE

Al final, la realidad se termina imponiendo, y por lo tanto, al margen de posiciones políticas, los problemas siempre afloran. Y resulta que el de las pensiones es un problema que estamos aplazando desde tiempo inmemorial sin ponerle soluciones.
Por un lado, el problema del desempleo es evidente que afecta a las pensiones, pero su solución no es suficiente para acabar con el problema. Alcanzar los veinte millones de cotizantes, como propugna nuestro querido presidente M. Rajoy, no soluciona el problema, solo lo palía. Porque tendríamos un ratio de 2 trabajadores por cada pensionista, y si la cotización es del 35%, nos falta un 30% adicional. Luego llegar a los 20 millones de puestos de trabajo no soluciona el problema por si sólo.
Por lo tanto hay que hacer algo más. Y yo, que no me juego nada porque nadie me conoce, voy a proponer algunas cosas. Seguro que no sirven para mucho, pero por lo menos lo propongo. Ahí voy.
Lo primero, subir salarios. Es evidente que con unos salarios tan bajos es imposible que los ingresos del sistema financien las pensiones. Si alguien piensa que con puestos de trabajo menos que mil euristas, que enciman tienen bonificada la cuota de la Seguridad Social, vamos a mantener pensiones que tienen un valor medio de 1.000 euros, no parece que esté muy certero en su análisis: se necesitarían 30 millones de puestos de trabajo para que el sistema estuviera en equilibrio. Lo que no parece muy fácil. Para mantener una pensión de 1.000 euros al mes se necesitan dos puesto de trabajo que paguen el 100% con un importe medio de 25.000 euros. Si el salario medio actual está en el entorno de 14.000 euros, pues tenemos un camino por delante en ese aspecto.
Segundo: separar las fuentes de financiación, como ya se ha hecho con otros conceptos. Me refiero a las pensiones no contributivas y los complementos de mínimos. Son claramente aspectos solidarios con nuestros mayores, sobre todo las mujeres, que no alcanzaron un nivel mínimo de cotización para poder tener una pensión digna (si por digna podemos decir que son 600 euros en el mejor de los casos). Por lo tanto, deben ser sufragados por la sociedad en su conjunto y, en consecuencia, ser satisfechos por medio de impuestos, pero no por el sistema general.
Tercero: fijar un impuesto solidario que ayude a la financiación de una parte del sistema. Ello implica un sistema de gestión que permita hacer efectivo ese impuesto, no fijarlo y ya está. Por lo tanto, un impuesto que sea fácil de gestionar y que no genere elusión fiscal adicional.
Cuarto: ayudar a la pensión con planes privados. Para aquellos que puedan permitírselo. Lógicamente eso debe llevar aparejado un cambio en la mentalidad de las personas, porque implicaría eliminar el tope de la cotización para sueldos más elevados, sin que desaparezca el concepto de pensión máxima. Eso es un problema de concepto importante, pero es imprescindible que la solidaridad se imponga. Para rentas elevadas (fijemos el límite donde cada uno lo quiera poner) habrá que pagar más y tendrá una pensión máxima. Habrá que incentivar la realización de los planes de pensiones privados de alguna manera.
Quinto: atrasar la edad de jubilación hasta los  70 años. Es evidente que si tenemos más esperanza de vida, pues habrá que trabajar más. No en todos los sectores, evidentemente, pero hay trabajos que pueden realizarse hasta edades más avanzadas.
Sexto: imponer cotizaciones a las máquinas. Lógicamente habría que ver en qué cuantía y cómo se hace. Yo propongo que el IVA de determinada maquinaria suba un 5% que sirva para financiar las pensiones.
Bueno, podría seguir. Pero nadie me paga para ello y yo sigo siendo un simple economista. Perplejo, eso sí, pero nada más. Como nadie me va a hacer caso, pues eso. Yo lo digo y ya está.


@juanignaciodeju

sábado, 27 de enero de 2018

¿TODAVÍA ESTAMOS ASÍ?

Vuelvo después de un año y compruebo que mi estancia en Marte no ha servido de nada. He pasado mucho calor y mucho frío y veo que a mi vuelta no hemos avanzado nada. Bueno, la realidad es peor: realmente podemos decir que hemos retrocedido. Ahora estamos bastante peor.
Cuando me fui, Trump era ya presidente de los EE.UU. y aquello me parecía una desgracia para la humanidad. Aunque pensaba que algo se movería, y que los americanos iban a reaccionar y provocarían su salida. Pero a mi vuelta sigue ahí, como el dinosaurio del cuento. Y leo asombrado, sin que nadie haya dicho nada, que este señor, presidente de un país donde existía la esclavitud, que nos da lecciones morales sobre el comportamiento de las personas, donde son capaces de condenar a muerte a discapacitados, que el presidente se permite afirmar que está dispuesto a regularizar a 1,8 millones de inmigrantes a "cambio de 25.000 millones de dólares para construir el muro". ¿Nadie opina que eso es trata de personas? ¿O es que al decirlo un presidente del país más fuerte del mundo eso es admisible?. Creo que soy muy europeo, que tengo unos valores muy arraigados y eso me ha escandalizado mucho. Aunque creo que he sido el único.
Este señor sigue apostando por el proteccionismo como medio de desarrollo de su economía, cuando todos sabemos que eso es precisamente lo contrario que debemos hacer para lograr el desarrollo económico, que el intercambio de bienes y la especialización hacen más por el desarrollo de los países que los aranceles. Lo mismo estoy equivocado y la nueva teoría económica dice lo contrario. No sé, en Marte no me llegaban los textos nuevos y no puedo opinar. Pero hasta donde yo controlo, lo mejor es el comercio.
Dejando a un lado al emperador, aquí tampoco hemos avanzado mucho. En el gobierno seguimos teniendo un presidente que no se entera de nada, ni siquiera de lo que es responsable. Y anda diciendo por ahí que no nos debemos meter en eso de la desigualdad salarial. Es normal porque su ministra se encomendó a la Virgen de la Macarena para que nos sacara de la crisis y, obviamente, la tradición judeo-cristana coloca a la mujer en un cuarto o quinto plano en la sociedad. Perdón por su esto ha ofendido a alguien, pero me parece alucinante que un presidente del gobierno desprecie la situación del 51% de su población, como si los hombres fuésemos los verdaderamente importantes y las mujeres actores secundarios. No señor presidente. Las mujeres son el futuro.
Pero es que seguimos con un grave problema de futuro aparcado en las cocheras del gobierno, como si eso no fuera con ellos: las pensiones. Creemos que con el mantra de los 20 millones de puestos de trabajo todo se solucionará como por arte de magia. Pero no, señor presidente. Con 20 millones de puestos de trabajo que cotizan como si fuesen 16 millones, y unas pensiones crecientes por simple evolución de la población, que tiene la mala idea de querer vivir más allá de los que recomiendan los economistas, parece evidente que la Seguridad Social seguirá teniendo un déficit importante en el futuro. Y eso no se soluciona con recetas simples (añadir años de cotización al cálculo de la pensión) ni imaginativas (imponer un impuesto que sólo aportaría al sistema 1000 millones de euros). Ni siquiera con subidas salariales cada vez más pequeñas. Un 3% de subida salarial no va a solucionar el problema. Mientras que los salarios no se adecuen a las condiciones de la economía, 20 millones de empleos, muchos de ellos temporales y mal pagados, centrados en sectores de poco valor añadido, no van a solucionar el problema. Igual que recomendar ahorrar a las personas mayores de 40 años, que con un cálculo simple deberían poder ahorrar un 20% de su salario al mes para tener una situación digna en el futuro. No señor presidente. Hay que hacer cosas. Mire usted, le voy a dar dos pistas.
Primera, la capacidad industrial de España está al borde de su utilización, con un uso del 80%. Habría que proporcionar las condiciones para que se incremente la capacidad industrial del país. Pero para ello debería usted hacerme caso en el segundo consejo: incremente la inversión en I+D+i. Si señor, eso que usted no esta haciendo. Precisamente. Porque le voy a dar un dato: los empleos basados en sectores con un alto valor añadido tienen salarios mucho más altos. Para la definición del concepto Valor Añadido le ruego pregunte a algún economista. No lo haga con ninguno de sus ministros.
Total, que vuelvo de Marte y veo que seguimos empeorando la situación de los principales problemas. Si lo llego a saber me quedo allí, que los marcianos me habían tomado cariño. Si he vuelto es porque allí no capto la Euroliga del basquet, que si no...



@juanignaciodeju