martes, 15 de marzo de 2016

CONTINUAMOS VIVIENDO POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBILIDADES

Hemos conocido últimamente dos noticias relacionadas pero con impulso diferentes: por un lado, el BCE, preocupado como está por la situación, ha puesto todo el arsenal en marcha y amplia considerablemente la política monetaria; por otro, el nivel de deuda pública de la economía española alcanza el 99% del PIB. 
Lo del BCE se veía venir, y muestra claramente que la situación no está ni medianamente controlada por parte de las autoridades económicas. La evolución de los precios sigue en negativo y eso debería preocuparnos a todos mucho, por más que algún irresponsable opine que eso es una virtud. Y el BCE se decide a hacer lo que buenamente puede, que incluye tipos de interés al 0%, comprar deuda privada de empresas con alto rating y bajar el tipo de interés de los depósitos hasta el -0,4%, al margen de ampliar la QE hasta el límite de 80.000 millones mensuales. Y el propio Dragui reconoce que la política monetaria no está llegando a la economía como debería y que eso es un problema, porque no hay mucho margen más.
La pregunta pertinente es ¿por qué no está llegado el dinero? Hay múltiples respuestas a ello, pero aquí voy a apuntar una: la falta de incentivos a la inversión y al consumo se fundamentan en la escasa capacidad de compra de la mayoría de los agentes. Nadie puede esperar que una persona con un salario menos que mil eurista se lance a comprase un coche o una casa. Por lo tanto, es difícil que esa persona se preocupe de solicitar un crédito, dado que será muy complicado que se lo den. Y si el banco se lo diera, muy probablemente sería criticado por inflar una nueva burbuja. Y si los bancos no prestan dinero, el BCE está dispuesto a penalizarles en  los tipos de interés. Luego al final, a aquellos (pocos) que tenemos una situación más o menos desahogada nos inflarán a propuestas de crédito mientras que al resto no le darán ni las buenas tardes. Pero nosotros no lo necesitamos o estamos escarmentados de ello, por lo que es complicado que el crédito crezca. Y, por lo tanto, la política monetario seguirá sin tener efectos y los precios seguirán en términos negativos y, en consecuencia, los salarios seguirán bajo mínimos y, lógicamente, el consumo seguirá retraído. Y entonces el crédito seguirá sin crecer y la economía se frenará. Todo muy lógico. Luego lo primero que tiene que ocurrir para que el crédito crezca es un incremento de los salarios, cosa que nadie está dispuesta a que ocurra (entiéndase, nadie de los que mandad: ni el gobierno, ni los empresarios, ni la troika, ni el BCE, ni el FMI, ni ...) Ese es el primer punto que tenemos que afrontar. Pero desde la economía, por favor, no desde el populismo: los salarios deben crecer según sea posible y según en qué sectores, no por decreto y de forma generalizada.
La otra noticia nos convoca en el ámbito de lo no deseable. Un gobierno que nos abroncó con aquello de que 'hemos vivido por encima de nuestras posibilidades' va ahora y nos endeuda hasta el 100% del PIB. Luego está diciendo que España está viviendo por encima de sus posibilidades. En fin, una contradicción más. No soy yo quien esté en contra de ciertas cosas, pero si estoy en contra de la incoherencia de los gobernantes. Un 100% de deuda implica que hemos dejado a nuestros hijos una deuda de tanto como producimos, es decir, que debemos todo lo que producimos en una año. Si pagamos una media del 37% de impuestos, estamos al límite de nuestra capacidad de endeudamiento. Si  no la hemos sobrepasado. A favor del gobierno diremos que los tipos de interés de la deuda están siendo negativos a corto plazo (ya incluso en los tipos de medio plazo) lo cual implica que me endeudo y termino reduciendo mi deuda. Pero eso es sólo puntualmente. Además, a nosotros nos da igual que el tipo que paga el gobierno sea negativo, nosotros lo pagaremos positivo en cualquier circunstancia. Al final, los hay que siempre ganan. Tanto por la deuda pública como por los préstamos que nos den los bancos.
Voy a tratar de explicarme. Un banco compra deuda del gobierno con el tipo del -1%. Con ese título va al BCE y se la vende en el mercado secundario por un tipo de interés que está más o menos representado por la prima de riesgo, que no es más que la diferencia entre la deuda alemana y la española. Ese tipo será positivo y, por lógica, mayor que el 1%, luego ellos están cobrando un tipo de interés por la deuda del estado. La diferencia no será muy grande, apenas de un punto o algo así, pero el concepto implica que el BCE tendrá que pagar al final ese tipo de interés, y el BCE es de todos nosotros. Luego al final pagaremos por la deuda de una manera o de otra. En fin. Todo muy edificante. 
Al final tenemos una economía dopada de dinero y con una deuda impagable, tanto pública como privada, y ni con esas circunstancias las cosas mejoran. Esto está cada vez más complicado. Y todo por no subir los salarios y buscar las ganancias de productividad por otros caminos. Me voy a tener que dedicar al sindicalismo activo. O no. Y yo qué sé, ¡si sólo estoy en estado de perplejidad permanente!

@juanignaciodeju


martes, 1 de marzo de 2016

PROPONIENDO LOCURAS

Algunas veces me parece que mi vocación por la enseñanza me confunde y creo que soy capaz de enseñar cualquier cosa que tenga que ver con la economía. Luego recapacito y termino pensando que soy un arrogante que finalmente no sabe nada y me deprimo. Qué le voy a hacer, es mi carácter.
Digo esto porque cada vez que pienso en algunas propuestas disparatadas que hacen algunos, curiosamente siempre los mismos, me dan ganas de darles unas clases de economía básica. Pero luego me corto. No sé,. las cosas me parecen muy simples, aunque luego termino pensando que es mi concepto de las cosas y que seguramente esté equivocado. Me entra el bajón y lo dejo para otro día.
Pero hoy no se si es el día u otra cosa, el caso es que me siento más fuerte y voy a criticar algunas cosas.
La primera es esa moda de establecer salarios máximos. Como si con eso acabáramos con la desigualdad, el problema de la distribución de la renta y el hambre en el mundo. Parece que el que escribe las propuestas no es economista o no ha pasado de primero de bachierato, donde esto ya se tiene que haber contado. Porque si el mercado de trabajo tiene una oferta (realizada por los trabajadores) y una demanda (realizada por las empresas), un precio máximo (es decir, un salario máximo) va a provocar un exceso de demanda, es decir, puestos de trabajo que no se van a cubrir por falta de trabajadores dispuestos. Es evidente. Si yo soy un técnico medio que cobra, pongamos por caso, 20.000 euros y me ofrecen que ascienda, pero cobrando lo mismo, la respuesta será, en el 90% de los casos, negativa. Y me quedaré como técnico medio. Luego fijar salarios máximos no va a solucionar ningún problema. Ni va a reducir desigualdades.Sólo va a provocar que las empresas, los organismos, etc, desaparezcan. Lo cual puede no ser tan mala idea. En fin, veremos.
Igualmente, aunque en sentido contrario, afirman que el salario mínimo debe subir un 50%. Bueno, si hacemos eso lo más probable es que el paro se dispare un 75%. Porque estaremos incrementando un precio mínimo que generará, según el esquema anterior, un incremento del exceso de oferta, es decir, un incremento del desempleo. Salario mínimo debe existir, eso es indudable, pero las variaciones deben corresponder con las leyes de la oferta y la demanda y no con otras cosas. Lo dicho, el que lo escribe no sabe de qué está hablando.
Luego tenemos a los ilusionistas: gente que es capaz de hacernos ver lo que no existe ni es posible que exista. Porque nos dicen que si ahora tenemos un déficit del 4,2% y hacemos una operación que consiste en incrementar el gasto en 96.000 millones de euros que conseguimos de ingresos en la misma cuantía, es decir, 96.000 millones, el déficit dentro de dos años será el 2.5%. Eso implicaría que el multiplicador keynesiano de nuestra economía sería de, algo así como el 5.000% anual acumulativo. Es decir, que incrementar el gasto público implica que la renta se multiplica por 50: me gasto 1.000 y la renta se incrementa en 50.000. Si no no es posible que el déficit, medido en porcentaje del PIB, disminuya a la mitad.
Si nuestra economía funcionara de esa manera, muy torpes deberíamos ser para tener déficit público. El efecto de cualquier política fiscal sería inmenso sobre la recaudación. Pero es que si hacemos eso lo único seguro es que la inflación se dispare de forma abrupta, dado que hay que emitir, o captar, dinero y eso generará, ineludiblemente, inflación. Un pequeño problema adicional.
Que tiene que haber política fiscal lo opina ya todo el mundo (menos Merkel y algún ultra liberal que hay suelto) pero hay que hacer las cosas con cabeza y midiendo muy bien los pasos. Siempre he propuesto que se hagan políticas expansivas en esta situación, pero mejor por alguien que entienda de lo que estamos hablando.
En fin, que con lo que estamos escuchando, este economista perplejo va a montar una academia para políticos donde les enseñaría economía, aunque me temo que debería dedicar más de dos tardes en ello. Porque, desde luego, fundamentos les faltan todos. Clases particulares baratitas: sólo 1.000 euros la hora. Con una sesión de investidura me forro.


@juanignaciodeju