La realidad se empeña en que mi retirada del mundo blog no pueda realizarse definitivamente y me veo obligado a volver a ¿amenizaros? la existencia. Voy a intentarlo, por lo menos, aunque tengo claramente sensaciones contradictorias y, por lo tanto, es difícil pensar con claridad.
No vale la pena pensar en lo que hubiéramos podido hacer o no antes de esto, tiempo habrá para analizar lo necesario. Fallos lo ha habido; malas decisiones también; pero como dije un día, de la crisis del 29 se salió con la II Guerra Mundial y de la crisis del 2007 tenemos una guerra diferente. Si de la I Guerra Mundial el mundo vivió los gloriosos años 20, de la II Guerra Mundial se pasó a la mayor época de crecimiento del mundo, pensemos en lo bueno que podemos obtener de está 'guerra' contra un enemigo que no vemos pero que debemos atacar como lo hicimos en su momento.
Lo primero que debemos analizar es cómo vamos a salir de ésta. Espero que los responsables estén ya pensando en qué hacer, cuándo terminará esto y demás. No lo dudo. Y eso es fundamental para poder hacer un buen análisis y una buena evaluación de las políticas públicas que deberemos poner en marcha. Habrá que desempolvar manuales de economía que están escritos desde hace muchos años y dejar de pensar exclusivamente en términos monetarios.
Porque los datos de empleo de hoy en España lo que nos muestran es que hay un shock de demanda claro. Una caída grande de la demanda que ha provocado un parón de la actividad. Antes del impacto, no existían graves problemas en la economía española, salvo determinadas expectativas de que las cosas iban a moderarse. Existía un problema de gestión de determinadas acciones, como pensar que los ingresos fiscales son como el chicle que se estira sin problema, y de gestión de los gastos del estado, que estábamos pensado en que todo era factible sobre el papel. Pero la llegada del impacto ha hecho que todo eso quede al margen y que la sociedad se encuentre muy asustada.
Bien, pensemos entonces en qué tenemos que hacer una vez ésto se ponga en marcha. Por lo tanto, lo más importante y urgente ahora es mantener el mayor número de empresas y actividad económica en marcha de cara al futuro. Porque el Estado no puede soportar el 100% de la actividad económica, como ya se demostró en las economías de tipo soviético, donde había constantes excesos de demanda en la economía y no se producían los ajustes necesarios porque la planificación no lo permitía. Por lo tanto, necesitamos al sector privado de la economía y, desde luego, debemos mantener el mayor número de empresas en funcionamiento. Incluso asumiendo riesgos a medio plazo para el Estado, como se hizo con el sistema bancario.
En segundo lugar, tendremos que evaluar los sectores uno a uno y poner en marcha medidas para cada uno de ellos de forma individualizada. Por poner un ejemplo, lo bares y restaurantes, cuando volvamos a la normalidad, probablemente sean los últimos en incorporarse al sistema y cuando lo hagan tendrán serias restricciones a su funcionamiento. Eso implica que deberemos establecer un protocolo específico para ellos que permita salvar al mayor número posible de empresas.
Tendremos un problema claro con nuestra principal industria, como es el turismo. Tendremos que diseñar planes de actuación para que los españoles cubramos el hueco que dejan los extranjeros en nuestros hoteles y playas, al menos en el primer momento. Luego ya veremos cómo evoluciona. Deberían hacerse ofertas muy suculentas para los meses de verano e incrementar el periodo hasta los meses de otoño.
Las aerolíneas sufrirán una restricción de movimientos en un primer momento y durante varios meses. La globalización no se va a parar, eso es obvio, pero los movimientos humanos se van a ralentizar, al menos en un primer momento. Buen momento para empezar a hacer I+D en ese sector.
Vamos a tener sectores que se vean muy beneficiados, bien porque la falta de movimientos va a provocar un parón del comercio internacional, bien porque desde los gobiernos tendrán que replantearse la lista de productos estratégicos. Sobre esos sectores tendremos que sustentar la reconstrucción.
En tercer lugar, necesitamos que los distintos actores políticos se pongan en marcha conjuntamente. Para poder pedir que exista una salida conjunta a la crisis en términos europeos, necesitamos primero que los políticos de aquí se pongan de acuerdo para iniciar las políticas y mutualizar los esfuerzos. Hay que abandonar las ideologías y ponerse manos a la obra para solucionar el problema. Luego les podremos exigir a nuestros socios que nos ayuden.
En fin, solo son unas ideas previas para poner en marcha las soluciones a esta situación. Como siempre, nadie me hará caso y harán bien. Solo son los pensamientos de un economistas perplejo y confinado.
@juanignaciodeju
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