sábado, 10 de marzo de 2012

CAPACIDAD

Este economista perplejo, a pesar de ser sábado y muy temprano, hoy se ha levantado optimista. No es que haya ocurrido nada escepcional, pero si que hace sol, la temperatura es más suave, que tiene partido de futbol de sus hijos, no lo sé. Pero el caso es que hoy pienso en positivo.

Será porque he escuchado en la radio que los responsables de ciencia y tecnologia dicen stop a los recortes. Alguien en la administración dice que ya no es posible recortar más. Y estoy especialmente de acuerdo con ella. En primer lugar, porque nos jugamos el futuro, el bienestar de nuestros hijos. La inversión (que no es gasto) en I+D+i es fundamental para una economía como la española, con una estructura productiva muy antigua y sin innovación propia. Y, pese a lo que piensan los más liberales, el apoyo público a la investigación es imprescindible, hay que arriesgar en las premisas con lo que obtendremos un porcentaje no muy grande de éxitos, pero lo obtendremos. Nadie puede pretender que la investigación sea exclusivamnete privada, dado que entonces no se iniciarían caminos más que por el propio empeño personal de los investuagadores. Y eso garantizaría el fracaso. Con nuestros impuestos debemos ayudar a aquellas personas que tienen un atisbo de idea, un proyecto de pensamiento, que, con su esfuerzo y conocimiento, llevará a algún avance, modesto, que generará la bola de nieve necesaria para progresar.

Trabajo en una fundación que se dedica a esto de la investigación. Y puedo afirmar que la dedicación de los investigadores es incondicional, que no buscan su beneficio sino el avance del conocimiento, que sacrifican su tiempo para conseguir algo de lo que tirar para mejorar. Gente que ha sacrificado hasta sus vacaciones con tal de aprender algo de lo que se pueda obtener una mejora. Y eso, además, con sus propios medios. Por eso es importante el apoyo.

Además, como gestor del tema, las penurias económicas en las que nos movemos es especialmente dañina para el proceso. Cuando tienes que parar algo que es prometedor por falta de medios es como paralizar un avión en pleno vuelo. Normalmente se abandona la idea y se acabó el progreso. Por eso es imprescindible que se mantenga el presupuesto, que se apoyen las ideas. Como el proceso es competitivo, no hay trato de favor en las subvenciones y la justificación es muy dura, no puedes gastarte el dinero en lo que quieras. Además, se prima la excelencia en los procesos, que los investigadores tengan una trayectoria consolidada. Habrá desmanes, si, como en los aeropuertos o en las bibliotecas sin libros, pero la mayoría son ajsutados.

Y los avances no son, como se pueda pensar, un camino de rosas. Una vez obtenido un avance, sin fiannciación posterior, tienes que buscar quién está dispuesto a arriesgar en la continuidad. Y, en una situación como la actual, es prácticamente una quimera. Las empresas privadas no están dispuestas a continuar si no hay resultados muy concretos. Y eso es complicado en las primeras fases.

Dentro de la perplejidad habitual en  mi estado de ánimo, hoy espero que alguien más diga la verdad. No se puede recortar más. Si no hay crecimiento, no podremos reducir el déficit público. Ya está. Lo he dicho. Que se olviden de ello.

Al final alguien me sacará del sueño. Eso será dentro de 15 días, cuando se hayan celebrado las elecciones en Asturias y Andalucia. Hasta entonces podemos continuar con la quimera.

@juanignaciodeju

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