A este economista en estado de perplejidad los últimos acontecimientos les estan sumiendo en la más profunda de las depresiones. Empezamos a tener una pinta muy mala, muy helenica según las palabras de una ilustre miembro (o debo decir miembra?) del partido del gobierno. Antes sabíamos que el gobierno no era muy solvente, con fallos dramáticos (plan e incluido). Fuimos a unas elecciones en noviembre con una idea fuerza: un gobierno fuerte. Y le dimos casi todo el poder a ese partido. Le dimos el poder local, autonómico y estatal. Nadie ha gestionado tanto poder en la democracia, tanta información, tanta capacidad de gestión. Y teniendo todo de cara, con una gran capacidad de toma de decisiones, este economista deseó que se pusieran rápidamente las bases para que se empezaran a tomar decisiones.
Empezaron sembrando las dudas en los gobiernos locales. Este economista perplejo tiene la insana constumbre de leer los diarios digitales más marginales que uno pueda imaginar. En uno de ellos leí una supuesta declaración (supuesta porque me niego a aceptar que alguien que tiene un par de dedos de frente diga eso) en la que un alcalde de una ciudad importante recien reconquistada (que ya fue suya, pero la perdieron), antes de tomar posesión, dijo "me han venido reclamando facturas en pesetas", es decir, facturas con 10 años de antiguedad, dando a entender que ese ayuntamiento no pagaba facturas desde hacía 10 años (incluyendo el periodo que fue gestionado por ellos). Lo primero que debería saber ese señor es que esa deuda no tendría el menor fundamento, pero dicho quedó. Continuamos con un gobierno regional, conquistado también, que, de la noche a la mañana, dejó de pagar todos los gastos de funcionamiento, que se iban pagando con normalidad. Y adujo que se habían gastado todo el dinero, que no había nada en la caja. Probablemente fuese verdad, pero eso no debe hacerse de esa manera. Debe gestionarse de otra manera. Porque una cosa es paralizar proyectos faraónicos y otra muy distinta es poner en riesgo la estabilidad del sistema. Y finalizamos con el gobierno central haciendo en vísperas del final de año un anuncio de lo más chocante: no sólo no ibamos a cumplir nuestros objetivos, sino que además prácticamente no habíamos hecho nada por ello. Vamos, toda una declaración de intenciones. Eso sí, les permitió aprobar un decreto de ajuste de lo más leonino. Todo el ajuste para la clase media, con subidas de impuestos de todo, ajustes de gastos productivos y recuperación de gastos fiscales no productivos con carácter retroactivo. Todo lo contrario de lo que debería hacerse: facilidad de gasto para las rentas medias, mantinimiento del gasto público productivo y eliminación de aquel que no aporta nada nuevo. Porque un crecimiento de un 1% del PIB implica algó así como casi 4.000 millones más de ingresos.
Pasaron los meses y las primeras impresiones fueron tomando cuerpo. En este blog he ido analizando las cosas que se han puesto encima de la mesa (es decir, en el BOE) que ha aprobado el gobierno. La reforma del sistema financiero, aunque ambiciosa, nos condena a sequía de crédito durante 3 años (uno para los bancos más sanos, otro más para los más perjudicados, otro adicional para devolver el dinero al BCE). Suponiendo que existan bancos más sanos que puedan acogerse al primer plazo, claro está. Y una medida para la galería que es más perniciosa de lo que podemos imaginar: limitar el sueldo de los banqueros que reciban ayudas públicas. Eso implica que, a no ser que sea totalmente imprescindible, ningún banco va a pedir dinero para su saneamiento, sino que ocultará su situación. Seguimos con una reforma laboral con elementos positivos, en la buena dirección, pero excesivamente laxos en su aplicación. Y elementos excesivamente negativos, que terminan neutralizando los positivos. Una declaración de intenciones de un miembro del gobierno me terminó de causar mi estado: "la facilidad en el despido provocará un incremento de la productividad para evitar ser despedido". Algo con lo que podríamos estar de acuerdo en momentos de expansión económica, pero que en la situación actual es un canto al sol, probablemente equivocado. O voluntariamente equivocado.
Y finalizamos con la semana que acaba de terminar: de traca. Una supuesta negociación para flexibilizar el déficit público para el año 2012 voceada por los periódicos afines, como diciendo "fijaros que buenos somos que ya estamos manos a la obra y consiguiendo grandes cosas" inmediatamente desmentidos por los supuestos destinatarios del mensaje. Es más, las autoridades europeas dicen constantemente: primero los datos, después las medidas y finalmente el análsis y las decisiones. Muy europeo todo. Bien, pues vayamos por partes:
1.- Los datos. El déficit público ha sido, según el gobierno, del 8,51%. No es que sea malo, es que es pésimo. Y lo que es peor, es la tercera cifra de déficit que da el mismo gobierno en un plazo de tres meses. Y eso sí que es pernicioso. Tan malo, que ya se está diciendo en Europa que estamos mintiendo en las cifras (os acordáis de Grecia?). Tan malo, que algunos en España ya están poniendo sordina a la cifra, no creyéndose lo que se dice. Con gobiernos regionales que dicen en público que ello dijeron otra cifra cuando mandaron los datos y se han encontrado con otros más elevados. Con análisis pueriles de la cifra que sonrojan a cualquiera que piense un poquito. Ayer, en el post, ya lo escribí, así que no voy a repertirlo. El análisis correcto no es el que se está haciendo, es que estamos no en recesión, sino en hundimiento (otra vez Grecia).
2.- Las medidas. No las conoceremos hasta después de las elecciones regionales de Andalucia y Asturias, territorios que hay que conquistar (otra vez Grecia). No parece muy correcto que si la situación es tan pésima como la que dicen que es, si la herencia recibida es tan mala, hay que tomar las medidas urgentemente, no podemos esperar a que se produzcan elecciones. Los inversores, que no los mercados, están pendientes de esas cifras, de esas medidas, para ver qué va a ocurrir. El cálculo electoral es precisamente lo que se criticó del gobierno anterior, y lo que causó la situación actual de Grecia (en este caso el cálculo fue de Alemania). Parece que no aprendemos de la historia ni aunque sea tan reciente.
Dentro de este apartado, hablaré de las cifras concretas. Se prevé para el año 2012 lo siguiente: Déficit del 5,8%; PIB = -1,7%; Paro=24,3% (destrucción de 630.000 empleos). La descomposición del déficit es la siguiente: Gobierno central 4%; Autonomías 1,5%; Ayuntamientos 0,3%; Seguridad social 0%. Esto implica que el esfuerzo del estado será de un 1,1%, el de las comunidades autónomas 1,41%, de los Ayuntamientos un 0,09% y el de la Seguridad Social de 0,49%. Lo primero que llama la atención es que se prevé que mejoren las cifras de la Seguridad Social, lo que con las previsiones actuales y el statu quo existente es imposible. Si se destruye empleo y no se modifica la legislación, no habrá mejora en las cuentas de la seguridad social, es imposibles. Es por ello que algún periodista le preguntó al ministro si iban a subir las cotizaciones sociales de los empresarios, y contestó rotundo: NO. ¿Cómo lo van a hacer?, probablemente con subidas de las cotizaciones de los trabajadores (otra subida de impuestos a los ciudadanos) o con rebaja de los costes del sistema. Veremos.
¿Son realistas las cifras?. Yo creo que no, que son un brindis al sol. Sin muchos datos, la lógica económica dice que muy probablemente el PIB sea peor de lo estimado, que el paro sea peor, que los subsidios se incrementen y, lógicamente, que el déficit sea peor. Pero, eso sí, dejemos que todo transcurra y que la realidad sea la que sea. En principio, démoslas por buenas.
3.- El análsis. Ya lo ha dicho Bruselas: cuando presenten el presupuesto, hablaremos, pero tenga en cuenta que probablemente le obliguemos a tomar nuevas medidas. En cristiano: usted traiga los presupuestos que nosotros le diremos cómo llegar al 4,4% de déficit. Es más, se lo impondremos (otra vez Grecia). Lo que implica un nuevo ajuste para el mes de mayo. Y ese ajuste ya lo ha dicho Europa en repetidas ocasiones: subida del IVA hasta el 23% y bajada de las cotizaciones sociales en 4 o 5 puntos; bajada de sueldos públicos; disminución de las prestaciones sociales, especialmente el paro y la sanidad; y disminución de las pensiones. Otra vez Grecia.
Soy muy crítico con las medidas de austeridad y creo que podríamos conseguir lo que necesitamos si, en primer lugar, somos sinceros en lo que decimos. Las dudas en las cifras son las perores acompañantes de la economía, y en Europa no se nos cree, lo cual es muy malo. También he propuesto medidas en este blog que podrían aliviar la situación sin implicar gasto público alguno y que, lógicamente, mejorarían nuestra economia. El revanchismo que se ha instalado en la gestión política parece muy mala compañera de viaje. La responsabilidad es mejor que la efectividad electoral. Y la responsabilidad implicaría tomar medidas drásticas en ciertas esferas de poder que no se hacen por un problema de cálculo electoral. Me estoy refiriendo a gobiernos que han derrochado lo que no estaba en los escritos pero que como son de los nuestros no hacemos nada, es más, les damos dinero que no tenemos (más deuda pública) para salvarles la cara. No parece el camino. Mientras tanto, cuando podemos poner la cara colorada al otro, lo hacemos a bombo y platillo. Es Bruselas están esperando para tomar medidas a que se produzcan las elecciones en Andalucia y Asturias, en espera de ese revanchismo.
Los técnicos del FMI y de Bruselas han venido en repetidas ocasiones a verificar nuestros datos, y no han dicho nada al respecto. Que ahora se cambien las cifras de forma tan brusca es una muy mala señal. Eso es precisamente lo que ha llamado la atención en Europa y lo que ha provocado el cambio de actitud de los gobiernos europeos. Porque si nuestro déficit fuese, por poner un ejemplo, del 7,2% y pidiéramos árnica a nuestros socios, seguro que la tendríamos. El cambio de la coyuntura lo facilitaría. Pero decir, de forma indirecta, los técnicos que han venido por aquí son unon ineptos pero os pido una flexibilidad, implica que la respuesta es no, ahora cumples porque no me creo lo que dices.
Veremos como nos analizan los inversores. De momento mal. La prima de riesgo ya no está mejor que la italiana, ni a corto ni a medio ni a largo plazo. Mal dato. Pero eso no parece ser noticia en este país que llamamos España. Fue noticia para echar al gobierno anterior. Y las medidas anunciadas, publicadas o sugeridas no parecen que sean del agrado de los mercados. A pesar de la gran cantidad de dinero puesta en circulación por el BCE y las facilidades de compra de bonos que se han dado, nuestra prima de riesgo no ha mejorado en estos dos meses, es decir, no ha vuelto al confianza en la economía española, que sigue siendo mala. Como en las próximas semanas suba, tendremos una nueva crisis de deuda después del verano. Espero confundirme.
@juanignaciodeju
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