viernes, 24 de febrero de 2012

JUSTIFICACION DE LA MEDIDA

Ayer planteé una medida de crecimiento que consistía en la moratoria en el pago de las hipotecas durante un año. Hoy voy a justificarla.

Los particulares debemos a los bancos algo así como 800.000 millones de euros en hipotecas. Aproximadamente, y en media, pagamos de capital alrededor de un 7%, lo cual implica un pago anual de 56.000 millones de euros. Si paralizamos el pago durante un año, ese dinero se convertirá, inmediatamente, en renta disponible, de la cual dedicamos un 60% al consumo (de media), es decir, 33.600 millones de euros más en consumo. Considerando el multiplicador, ese impulso al consumo se traduciría en un incremento del PIB de un 3%-4%, lo cual no está nada mal.

Pero es que, considerando una presión fiscal del 30% (es algo mayor, pero hay que considerar que el impuesto de sociedades estará seco los próximos 5 años y no habrá apenas recaudación) implicará una recaudación adicional de 10.000 millones de euros, lo que nos ahorraría más de un sufrimiento en los próximos presupuestos.

Además, con el incremento de las ventas se produciría un incremneto del empleo, aunque sea a corto plazo. Bien, consideremos que se produce únicamente durante 10 meses (el empresario se queda con 2 meses de incremento). Eso provocaría una disminición del paro que ahorraría también pago de subsidios por parte del estado, un incremento de la recaudación de cotizaciones sociales y un saneamiento del sistema.

Por otro lado, las empresas, no todas, tendrían un incentivo a la inversión, que ahora no existe, y podrían iniciar el proceso con la consiguiente mejora de nuestra capacidad productiva, mejora de costes y mejora comercial.

Se dirá que esta medida es una huida hacia adelante, que necesitamos reducir nuestro apalancamiento. Pero la respuesta es evidente. Con ello podemos reducir nuestro ritmo de desapalancamiento, estoy de acuerdo, pero no el volumen total, ya que los créditos al consumo se seguirían pagando, incluso podrían cancelarse unos cuantos. Los bancos sufrirían un castigo, si, pero sería muy leve ya que su financiación actual es casi exclusivamente vía BCE. Y, fundamental, se seguirían pagando los intereses con lo que su cuenta de resultados permanecería en los mismos parámetros que en la actualidad.

El problema de la sociedad española es que se encuentra en una situación de insolvencia comercial. El volumen de deuda es de tal magnitud que resulta imposible abarcarlo sin crecimiento económico, que es lo que se está dejando de lado en este momento. Según los datos del Banco de España, la sociedad en su conjunto debe alrededor del 395% del PIB, con duplicidades lógicamente. De ese importe tan brutal, nuestra deuda viva con el exterior es de algo así como el 200% de nuestro PIB y el Estado 'sólo' debe el 73%. El resto es deuda particular. Si no ponemos en marcha la economía de forma rápida y efectiva nuestro futuro no es negro, es inexistente. No podemos afrontar nuestra deuda con decrecimientos del PIB como los que se vaticinan, es imposible. Por lo tanto, lo primero debería ser estimular la economía y a eso deberían dedicarse los ministros del ramo (Luis de Guindos y Cristobal Montoro, coordinados por Mariano Rajoy).

Bueno, ahí dejo el análisis. Seguro que es imperfecto, pero, por lo menos, es una aproximación. Los técnicos del ministerio seguro que hacen los cálculos más finos, no lo dudo. La pregunta es ¿alguien se atreverá a plantearla?.

@juanignaciodeju

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