lunes, 13 de febrero de 2012

REFORMA LABORAL

Bueno. Ya tenemos aquí la reforma laboral. En principio, con cosas positivas y negativas y otras mediopensionistas.

Cosas positivas: permite una mayor correlación entre la situación de las empresas y las de sus trabajadores, es decir, introduce aspectos de flexibilidad en el mercado de trabajo que, en teoría, debe impedir el ajuste vía cantidad (empleo) y basarse en el precio (salario). Si bien está orientada a ese elemento, debería concretar más la aplicabilidad. No es razonable basarse en la reducción de ventas o en las pérdidas futuras, debería estar más pegada a la realidad y hablar de una reducción de los beneficios cuantificada.

Se instaura un sistema de formación que debería posibilitar la adaptación de los puestos de trabajo a las necesidades de la empresa donde, por primera vez, se reconoce la bolsa de formación a los trabajadores de 20 horas al año. Sin embargo se queda corta en otra cosa que sí debería haberse abordado: las cantidades pagadas en nuestras nóminas para la formación siguen perteneciendo al estado que las distribuye entre las patronales y los sindicatos para que la contraten con las consultoras de formación (por enmedio se queda algún porcentaje). El paso decisivo es reconocer que ese dinero es de cada trabajador que lo distribuye en su formación en función de sus necesidades. Eso no se dice en ningún lado del decreto. Si se estableciese este sistema (el cheque formación de cada trabajador) se podrían llegar a un pacto empresa-trabajador que redundase en beneficio de ambas partes, cosa que ahora no ocurre.

Se financia con fuerza la contratación en las empresas medianas (hasta 50 trabajadores, en España, es una empresa mediana). Y las bonificaciones son importantes, entre disminuciones fiscales y sociales, para la contratación de jóvenes y mayores de 45 años. Está bien, aunque creo que en las circunstancias actuales, da igual que me paguen mucho por contratar. Si no hay demanda, no hay trabajo.

Cosas negativas: se posibilita un ajuste del mercado de trabajo via despidos con fuertes reducciones de las indemnizaciones. No nos engañemos, a partir de ahora las indemnizaciones serán siempre de 20 días por año de trabajo. Las condiciones son muy laxas para acceder a ella.

Se crea un nuevo tipo de contrato. ¿Pero no eran ya muchos y lo que había que hacer es disminuirlos?.

Con estas medidas, ahondamos el problema de base de la productividad en España: no hay estabilidad en los puestos de trabajo y, por consiguiente, la productividad de los trabajadores es reducida. Mal asunto.

Se crea una especie de minijobs a la española. Esto creo que no es funcional en España. La estructura productiva de este país es tal que no se ajusta al minijobs alemán, que ahora se intenta copiar de forma burda. El problema es que quien manda (Angelina Merkel) no conoce para nada la economía española y quien lo pidió (Trichet) tampoco. ¿Alguien quiere sentarse con ellos y explicarles la diferencia entre el sector secundario y el terciario de la economía?. Además, a quien va a aplicarse (los jóvenes) ya no tienen desempleo que cobrar, por consiguiente, el efecto será nulo. ¿No se podría haber hecho de forma que los trabajadores en activo que van a ir a la calle puedan continuar en la empresa?. Si nos ponemos a copiar, copiemos de verdad, no a medias.

Se quita la autorización administrativa de los ERE. El problema vendrá con las interpretaciones de los tribunales. Si se echasen para atras, los costes para las empresas sería tremendos en todos los aspectos. En conclusión, será dificil que esto funcione en un futuro más o menos cercano. No digo que no se aplique, sino que deberá clarificarse via tribunales las causas de aplicación.

Medidas mediopensionistas: las demás, en especial el famoso descuelgue de los convenios. No parace muy dificil descolgarse de los convenios, pero no parece muy fácil de aplicar. Habrá que verlo.

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